Empezaré por decir que Shining es una de mis sagas favoritas. Al menos las entregas que salieron de su estudio creador, Camelot Software Planning, conocido en esa época como Sonic Software Planning. Y es una saga muy desconocida por el gran público, lo que es una gran pena, porque de ser más conocida es posible que Sega invirtiera en traerla de vuelta como se merece... Pero de esto hablamos luego.
La historia de la saga es compleja incluso en sus comienzos. Camelot lanzaba la primera entrega, Shining in the Darkness, en Megadrive allá por 1991. Ese fue mi primer contacto con la saga. Se trata de un juego de rol en primera persona, en el que caminamos por escenarios en 3D. El juego en sí es muy repetitivo, echando en falta más memoria en el cartucho para introducir algo más de variedad en enemigos, escenarios y músicas. Aun así tiene algo que engancha. Fue uno de los primeros juegos de rol que exploté a fondo, y guardo un gran recuerdo de él. El desarrollo del juego fue producido por Sega, a la que Camelot se unió como second party hasta finales de los 90.
La siguiente entrega de la saga fue toda una revolución. Shining Force (1992) mantenía ciertas señas de identidad del juego anterior (como los menús), pero cambiaba la propia base de la jugabilidad. En esta ocasión teníamos un JRPG estratégico, en el que manejábamos a un pequeño ejército desde una perspectiva aérea. Cogía muchos elementos ya vistos en otras franquicias (como Fire Emblem) y les daba su propia interpretación. El resultado era un sistema de combate estratégico muy sólido, que unido a la exploración de las ciudades (a la Zelda) y a la mucho más desarrollada historia resultaba en un juego de muchísima calidad.
La última entrega para la 16 bits de Sega sería Shining Force 2, ya en 1993. El juego cogía el sistema del anterior y lo refinaba, principalmente en lo tocante a narrativa. Esta vez la historia era mejor y estaba mucho mejor contada. El juego sencillamente mejoraba al anterior en todo, a pesar de ser jugablemente muy parecido. Espectacular.
Durante estos años Camelot (Sonic Software Planning) se centró en la saga, lanzando tres entregas de calidad en GameGear: Shining Force Gaiden, Gaiden 2: Sword of Hajya y Gaiden 3: Final Conflict. Estas entregas sacrificaban la parte de exploración en ciudades y se centraban en la estrategia, siendo una sucesión de combates con escenas intercaladas. El resultado era muy, muy bueno, sorprendente incluso, en los que son unos de los mejores juegos lanzados en la portátil. Tan sólo la segunda parte llegó a occidente, aunque no a Europa.
Las dos primeras tuvieron un remake en Mega-CD que incluía un episodio adicional desbloqueable. El subidón técnico le venía muy bien, claro, aunque viniendo de Shining Force 2 en Mega-CD se echaba de menos una exploración activa de las ciudades. Aun así, un grandísimo juego.
La primera entrega en Saturn, sin embargo, fue una decepción. Shining Wisdom (1995) era un action JRPG en 2D evidentemente inspirado en sagas como Zelda o Ys. El resultado era muy discreto en lo técnico, y no especialmente brillante en lo jugable. El juego no hubiera pasado de correcto de haberse lanzado en Megadrive, pero para Saturn sencillamente se quedaba demasiado corto. No era un desastre, porque al final se dejaba disfrutar, pero parecía un juego de 16 bits regulero pasado a Saturn de forma precipitada. Posiblemente eso era exactamente.
Camelot volvía a la buena senda con Shining the Holy Ark (1996), que retomaba la fórmula del juego original, volviendo a la primera persona y a las mazmorras 3D, pero con toda la potencia de los 32 bits de respaldo. Un gran juego muy desconocido y muy infravalorado. Podéis leer mi review aquí.
Para la siguiente entrega, que es la que nos ocupa, Camelot decidió volver a la fórmula Force que tan buenos resultados había dado en Megadrive. Así, Shining Force 3 llegaría a Saturn en 1997. Pero esta vez Camelot subía la apuesta: SF3 estaría formado por tres entregas o escenarios (¿formato episódico?), mostrando cada una diferentes partes de la historia. Sólo tendrías la historia completa al completar las tres partes, pudiendo importar la partida de cada episodio en el episodio siguiente, de tal manera que aspectos de tu partida en el nuevo juego dependerían de lo que hubieras hecho en el anterior. Desgraciadamente para todos nosotros Saturn se estaba descalabrando en occidente, así que el plan de Camelot no llegó a cumplirse fuera de Japón. Sega decidió localizar al inglés solamente el primer escenario, y lanzarlo ya en 1998. Habiendo decidido no lanzar más que el primer escenario, se modificó la obra original en la traducción, intentando (sin mucho éxito) dejar la historia cerrada sin necesidad de los otros juegos. Esto fue posiblemente la gota que colmó el vaso para Camelot, que tras el lanzamiento de los episodios 2 y 3 en Japón decidió romper lazos con Sega y pasó a trabajar para Nintendo. En sus consolas lanzó la saga Golden Sun e hizo juegos licenciados como los Mario Tennis. ¿Por qué rompió lazos con Sega y su IP más legendaria? Bueno, al parecer durante el desarrollo de SF3 Sega no dio apenas ningún tipo de soporte o ayuda al estudio, y la negativa a lanzar los episodios 2 y 3 en occidente, mutilando la obra por el camino, fue demasiado. El estudio se sintió despreciado, y con ello se dio la puntilla a una saga mítica que no volvió a ser lo que era.
Al menos tenemos el consuelo de que, gracias a los dioses, existe gente como Dantares, que está en proceso de traducir todos los escenarios al castellano. En Shining Force Central podéis conseguir parches para traducir al inglés los episodios 2 y 3, y además retraducciones del episodio 1 para adaptarlas a la intención original de la obra, sin los cambios hechos en el argumento occidental. Hoy sí es posible jugar al juego tal y como fue concebido.
Esta review se basa en el juego que llegó a Europa. Lanzado como Shining Force III, sin subtítulo, se trata realmente del escenario 1 de la obra completa. Si tenéis la oportunidad, eso sí, os recomiendo utilizar alguna de las traducciones existentes, ya sea en inglés o en español, para disfrutar de la obra como es debido, sin modificaciones en la traducción.
Lo primero que llama la atención cuando juegas a Shining Force 3 es su impactante aspecto técnico. Una intro CGI de gran calidad da paso a la pantalla de título, y de ahí a la clásica pantalla para cargar partida de la saga, hada incluida. Una vez que esta comienza, nos sorprende un impactante escenario en 3D real. La perspectiva es la misma que en los Force de Megadrive, pero ahora podemos girar el escenario con R y L, acercarnos o alejarnos de la acción. Los personajes son sprites sacados de un render, y muestran un muy buen aspecto. Es llamativo cómo van cambiando al girar el escenario, de forma muy suave y siendo siempre consistentes con la perspectiva. Los escenarios, de hecho, son sorprendentes para tratarse de un juego de 32 bits. El motor 3D es especialmente sólido, sin apenas parpadeos ni texturas bailantes. Es evidente que son escenarios pequeños, pero aun así llama la atención la enorme solidez que muestran, rara en juegos de 32 bits. Su nivel de detalle es espectacular, con muchos elementos en pantalla, cambios de elevación, etc. Tienen un muy buen diseño, alejado de la sensación de tener delante un tablero de un juego de mesa tan común en este tipo de juegos. Las texturas tienen una resolución muy buena, y se muestran efectos sorprendentes, como el reflejo de las vidrieras y las antorchas en el suelo de las iglesias. Desde luego, los escenarios, incluyendo interiores, son mucho más detallados en 3D de lo que fueron en ninguna de las entregas anteriores.
Cuando pasamos a la acción, las luchas se muestran también en 3D real, incluyendo unos detallados modelos poligonales de los personajes. Los modelos están a muy buen nivel, destacando sobre los de otros juegos contemporáneos. Durante los combates se muestran todo tipo de animaciones y efectos, incluyendo transparencias y otras virguerías vistas raramente en Saturn.
Durante la exploración y las conversaciones entre personajes se mantiene el estilo de los Force de Megadrive, mostrando preciosas ilustraciones de los personajes mientras hablan. Esta vez están animadas, y sorprende que los sprites también lo están, dependiendo de la situación y la conversación. Es normal ver como asienten, niegan, saltan... la cantidad de animaciones es brutal, y si tenemos en cuenta que son sprites nos damos cuenta del enorme trabajo y cariño puesto por el estudio.
En cuanto al sonido, los efectos están a la altura de lo esperado, incluyendo voces en momentos puntuales. El punto negativo es que la actuación de los actores de doblaje no es precisamente brillante. La música, por supuesto, también destaca. Esta vez es obra de Motoi Sakuraba, autor entre otras de la banda sonora de Star Ocean. Un buen trabajo con algunos cortes memorables.
En definitiva, técnica y artísticamente estamos ante uno de los juegos más llamativos de Saturn, de esos que demuestran que haciendo bien las cosas el sistema era más que capaz de mostrar entornos 3D convincentes.
Pasando al juego en sí, la base es muy similar a lo visto en Shining Force 2. Tenemos partes de exploración en las ciudades y partes de lucha. Las partes de exploración son como las de cualquier JRPG al uso. Podemos comprar armaduras, armas u objetos. Podemos reclutar nuevos soldados para nuestro pequeño ejército en las tabernas o en eventos casuales. Podemos hablar con cualquier personaje que se haya unido en el cuartel. Y por supuesto podemos hablar con infinidad de NPCs, lo que será necesario para avanzar. En cuanto a las batallas, nos enfrentaremos con grupos de enemigos por turnos. Cada miembro de nuestro ejército y cada enemigo mueve dependiendo de su agilidad. De cada choque obtenemos dinero y experiencia, y a veces algún objeto de regalo. Nuestros soldados pueden morir, pero no es un problema, porque podremos resucitarlos tras el combate a cambio de dinero. La única excepción es nuestro protagonista, Symbios. Si muere habrá terminado el combate y apareceremos en la iglesia más cercana. La parte buena es que no perderemos la experiencia acumulada, por lo que cada reintento es un poco más fácil que el anterior, facilitando avanzar en los tramos difíciles.
Los personajes van subiendo de nivel en base a la experiencia adquirida, pudiendo cambiar de clase al llegar a nivel 10, lo que les proporciona diversas ventajas y mejoras. Siempre es interesante ver los cambios al promocionar un personaje en su camino a convertirse en una máquina de combate. Como novedad destacable esta entrega introduce un sistema de afinidad entre soldados. Cuando un personaje lucha cerca de otro se convierten en compañeros, dando bonus al ataque, la defensa o la probabilidad de conseguir críticos en cada combate en el que se encuentren cerca. Cuanto más luchen juntos, mayores bonus consiguen. Eso sí, debemos tener cuidado, porque en cuanto uno muera su nivel de afinidad con otros personajes desaparece al resucitar.
De nuevas nos encontramos también con que los personajes pueden aprender ataques especiales con sus armas, lo que aumenta la probabilidad de obtener un crítico. También es novedoso cómo encontramos escenarios dentro de escenarios. Durante nuestro periplo encontraremos mapas, lo que desbloqueará sub-localizaciones en campo de batalla. Nuestros soldados pueden investigar ruinas o tumbas, y empieza una persecución en las mismas, que son un pequeño nuevo escenario separado del escenario de batalla principal. Podemos tener soldados en el escenario principal y soldados en el secundario, cambiando completamente lo que vemos en pantalla dependiendo de quién tenga el turno. En estas zonas secundarias debemos atacar a los ladrones sorprendidos antes de que abandonen la zona, y dejarán caer tesoros de gran valor, armas, etc.
Como pasa con las anteriores entregas, realmente tenemos dos juegos en uno. Por un lado, la parte de exploración tiene todo lo bueno de los grandes JRPGs, llena de grandes secundarios, lugares que explorar y descubrir en las ciudades, tiendas, templos, almacenes... Por otro lado tenemos el sistema de combate, que es en el que radica la grandeza de Shining Force. Su desarrollo es completamente adictivo. No se trata sólo de nivel y estadísticas. De cómo utilices a tus soldados en el campo de batalla depende en gran medida el resultado. Te obliga a pensar bien cada movimiento, sin ser excesivamente difícil ni excesivamente permisivo. No se pierde en innumerables estadísticas ni complejísimos sistemas de combate, sino que todo aparece de forma comprensible y sencilla. Hace que te encariñes con los soldados. Hace que, resumiendo, la progresión por el juego sea muy placentera. Además, los combates no son aleatorios. Cada batalla está ahí por un motivo, y forma parte de la historia. Eso hace que todas las batallas sean necesarias, y que nunca tengas la sensación de estar gastando horas a lo tonto. Sencillamente, una maravilla jugable, que logra un equilibrio muy delicado entre sencillez y profundidad raramente visto en ninguna otra saga.
Todos los cambios técnicos no hacen más que aportar a la narrativa. La historia en sí es buena, mejorando lo visto en anteriores entregas. No es Shenmue, pero no está nada mal. Intrigas, política de alto nivel, traiciones, engaños... Vencer el mal, como debe ser, pero con grises y matices. Puedes encontrarte con que un general de tu ejército (ejército de la República) ha perdido la cabeza y está cometiendo crímenes de guerra, y pasar a luchar codo con codo con tu supuesto enemigo para intentar evitarlo. Se dan situaciones bastante interesantes. Eso sí, la historia del juego lanzado en occidente, a pesar de haberse modificado para ser autoconclusiva, está llena de agujeros que te dejan esperando más. Se presentan personajes que ves una vez y no vuelven a aparecer. Se habla de personajes que directamente no llegan a salir nunca a escena… Por no hablar del final. Si juegas sólo el primer escenario te pierdes muchas cosas. Si queréis conocer la historia como se concibió debéis usar alguna traducción y seguir con los escenarios 2 y 3 que, por cierto, permiten importar partida del escenario 1 europeo o americano. Mi consejo es que utilicéis la fantástica traducción de Dantares, que en el momento de escribir esto ya ha pasado al castellano los escenarios 1 y 2 completos y los cuatro primeros capítulos del escenario 3. También podéis buscar la traducción de los 3 escenarios completos al inglés de Shining Force Central. Es importante recordar que la versión occidental cambiaba cosas de la historia para hacerla autoconclusiva, así que si tenéis intención de jugar los tres escenarios lo mejor es que busquéis una retraducción del escenario 1 al inglés o, mejor, al castellano. Yo comencé a jugar mi juego en inglés, para pasarme después al castellano gracias a Dantares.
Por cierto, la versión PAL se ve perfecta en una consola NTSC.
Conclusiones:
Shining Force 3 es un auténtico juegazo. Es una pena que esta saga no tenga más renombre, porque a mí siempre me ha parecido una de las joyas de la corona de Sega. Hace poco jugué al laureado Fire Emblem Awakening, con el que comparte género. Y, a pesar de ser un gran juego y tener algunas ideas muy buenas, pienso que Shining Force 3 es mejor. La saga de Nintendo no tiene esa perfecta mezcla entre exploración y combate, centrándose más en el combate puro y duro. Esa combinación entre exploración típica de JRPG y combate EXCELSO no la he encontrado en ninguna otra saga. Y es también muy difícil encontrar un equilibrio tan sobresaliente entre simplicidad y profundidad de combate. Shining Force 3 es el máximo exponente de su saga. Y el último, porque desde la salida del escenario 3 Sega abandonó la subsaga “Force”, centrándose en remakes para portátil y entregas de action RPG no excesivamente brillantes, que además raramente han salido de Japón. Que la última entrega de Fire Emblem (Fates) haya sido en su lanzamiento todo un éxito de ventas en USA, o que XCOM vendiera también bien en consolas demuestra que hay un público para este género, más allá del típico usuario minoritario de PC. Ojalá Sega decida volver en algún momento con un Shining Force IV. Pero bien hecho, claro.
Sencillamente uno de los mejores juegos de Saturn. Un clásico atemporal que desgraciadamente casi nadie conoce. Os recomiendo… no, os animo a degustarlo como se merece.
Lo mejor:
- Técnica y artísticamente deslumbrante. Ay... si este tipo de juegos hubieran salido en 1995 y no en 1998 el destino de Saturn podría haber sido muy distinto... Ha envejecido muy, muy bien.
- Sistema de combate prácticamente perfecto. Táctico pero sin abrumar, sencillo pero exigente... Perfecto.
- Buena historia y bien contada. Utiliza muy bien los recursos narrativos a su alcance.
- Sistema de progresión adictivo como pocos.
Lo peor:
- Las voces en inglés tienen un nivel de interpretación tirando a lamentable.
- Que nadie conozca las bondades de esta serie más allá de cuatro frikis segueros (como yo)
- Que saliera originalmente sólo inglés, con la historia retocada para ser autoconclusiva y que no llegaran a occidente los otros dos escenarios.
- Nada más.
NOTA: 9.7
La historia de la saga es compleja incluso en sus comienzos. Camelot lanzaba la primera entrega, Shining in the Darkness, en Megadrive allá por 1991. Ese fue mi primer contacto con la saga. Se trata de un juego de rol en primera persona, en el que caminamos por escenarios en 3D. El juego en sí es muy repetitivo, echando en falta más memoria en el cartucho para introducir algo más de variedad en enemigos, escenarios y músicas. Aun así tiene algo que engancha. Fue uno de los primeros juegos de rol que exploté a fondo, y guardo un gran recuerdo de él. El desarrollo del juego fue producido por Sega, a la que Camelot se unió como second party hasta finales de los 90.
La siguiente entrega de la saga fue toda una revolución. Shining Force (1992) mantenía ciertas señas de identidad del juego anterior (como los menús), pero cambiaba la propia base de la jugabilidad. En esta ocasión teníamos un JRPG estratégico, en el que manejábamos a un pequeño ejército desde una perspectiva aérea. Cogía muchos elementos ya vistos en otras franquicias (como Fire Emblem) y les daba su propia interpretación. El resultado era un sistema de combate estratégico muy sólido, que unido a la exploración de las ciudades (a la Zelda) y a la mucho más desarrollada historia resultaba en un juego de muchísima calidad.
La última entrega para la 16 bits de Sega sería Shining Force 2, ya en 1993. El juego cogía el sistema del anterior y lo refinaba, principalmente en lo tocante a narrativa. Esta vez la historia era mejor y estaba mucho mejor contada. El juego sencillamente mejoraba al anterior en todo, a pesar de ser jugablemente muy parecido. Espectacular.
Durante estos años Camelot (Sonic Software Planning) se centró en la saga, lanzando tres entregas de calidad en GameGear: Shining Force Gaiden, Gaiden 2: Sword of Hajya y Gaiden 3: Final Conflict. Estas entregas sacrificaban la parte de exploración en ciudades y se centraban en la estrategia, siendo una sucesión de combates con escenas intercaladas. El resultado era muy, muy bueno, sorprendente incluso, en los que son unos de los mejores juegos lanzados en la portátil. Tan sólo la segunda parte llegó a occidente, aunque no a Europa.
Las dos primeras tuvieron un remake en Mega-CD que incluía un episodio adicional desbloqueable. El subidón técnico le venía muy bien, claro, aunque viniendo de Shining Force 2 en Mega-CD se echaba de menos una exploración activa de las ciudades. Aun así, un grandísimo juego.
La primera entrega en Saturn, sin embargo, fue una decepción. Shining Wisdom (1995) era un action JRPG en 2D evidentemente inspirado en sagas como Zelda o Ys. El resultado era muy discreto en lo técnico, y no especialmente brillante en lo jugable. El juego no hubiera pasado de correcto de haberse lanzado en Megadrive, pero para Saturn sencillamente se quedaba demasiado corto. No era un desastre, porque al final se dejaba disfrutar, pero parecía un juego de 16 bits regulero pasado a Saturn de forma precipitada. Posiblemente eso era exactamente.
Camelot volvía a la buena senda con Shining the Holy Ark (1996), que retomaba la fórmula del juego original, volviendo a la primera persona y a las mazmorras 3D, pero con toda la potencia de los 32 bits de respaldo. Un gran juego muy desconocido y muy infravalorado. Podéis leer mi review aquí.
Para la siguiente entrega, que es la que nos ocupa, Camelot decidió volver a la fórmula Force que tan buenos resultados había dado en Megadrive. Así, Shining Force 3 llegaría a Saturn en 1997. Pero esta vez Camelot subía la apuesta: SF3 estaría formado por tres entregas o escenarios (¿formato episódico?), mostrando cada una diferentes partes de la historia. Sólo tendrías la historia completa al completar las tres partes, pudiendo importar la partida de cada episodio en el episodio siguiente, de tal manera que aspectos de tu partida en el nuevo juego dependerían de lo que hubieras hecho en el anterior. Desgraciadamente para todos nosotros Saturn se estaba descalabrando en occidente, así que el plan de Camelot no llegó a cumplirse fuera de Japón. Sega decidió localizar al inglés solamente el primer escenario, y lanzarlo ya en 1998. Habiendo decidido no lanzar más que el primer escenario, se modificó la obra original en la traducción, intentando (sin mucho éxito) dejar la historia cerrada sin necesidad de los otros juegos. Esto fue posiblemente la gota que colmó el vaso para Camelot, que tras el lanzamiento de los episodios 2 y 3 en Japón decidió romper lazos con Sega y pasó a trabajar para Nintendo. En sus consolas lanzó la saga Golden Sun e hizo juegos licenciados como los Mario Tennis. ¿Por qué rompió lazos con Sega y su IP más legendaria? Bueno, al parecer durante el desarrollo de SF3 Sega no dio apenas ningún tipo de soporte o ayuda al estudio, y la negativa a lanzar los episodios 2 y 3 en occidente, mutilando la obra por el camino, fue demasiado. El estudio se sintió despreciado, y con ello se dio la puntilla a una saga mítica que no volvió a ser lo que era.
Al menos tenemos el consuelo de que, gracias a los dioses, existe gente como Dantares, que está en proceso de traducir todos los escenarios al castellano. En Shining Force Central podéis conseguir parches para traducir al inglés los episodios 2 y 3, y además retraducciones del episodio 1 para adaptarlas a la intención original de la obra, sin los cambios hechos en el argumento occidental. Hoy sí es posible jugar al juego tal y como fue concebido.
Esta review se basa en el juego que llegó a Europa. Lanzado como Shining Force III, sin subtítulo, se trata realmente del escenario 1 de la obra completa. Si tenéis la oportunidad, eso sí, os recomiendo utilizar alguna de las traducciones existentes, ya sea en inglés o en español, para disfrutar de la obra como es debido, sin modificaciones en la traducción.
Lo primero que llama la atención cuando juegas a Shining Force 3 es su impactante aspecto técnico. Una intro CGI de gran calidad da paso a la pantalla de título, y de ahí a la clásica pantalla para cargar partida de la saga, hada incluida. Una vez que esta comienza, nos sorprende un impactante escenario en 3D real. La perspectiva es la misma que en los Force de Megadrive, pero ahora podemos girar el escenario con R y L, acercarnos o alejarnos de la acción. Los personajes son sprites sacados de un render, y muestran un muy buen aspecto. Es llamativo cómo van cambiando al girar el escenario, de forma muy suave y siendo siempre consistentes con la perspectiva. Los escenarios, de hecho, son sorprendentes para tratarse de un juego de 32 bits. El motor 3D es especialmente sólido, sin apenas parpadeos ni texturas bailantes. Es evidente que son escenarios pequeños, pero aun así llama la atención la enorme solidez que muestran, rara en juegos de 32 bits. Su nivel de detalle es espectacular, con muchos elementos en pantalla, cambios de elevación, etc. Tienen un muy buen diseño, alejado de la sensación de tener delante un tablero de un juego de mesa tan común en este tipo de juegos. Las texturas tienen una resolución muy buena, y se muestran efectos sorprendentes, como el reflejo de las vidrieras y las antorchas en el suelo de las iglesias. Desde luego, los escenarios, incluyendo interiores, son mucho más detallados en 3D de lo que fueron en ninguna de las entregas anteriores.
Cuando pasamos a la acción, las luchas se muestran también en 3D real, incluyendo unos detallados modelos poligonales de los personajes. Los modelos están a muy buen nivel, destacando sobre los de otros juegos contemporáneos. Durante los combates se muestran todo tipo de animaciones y efectos, incluyendo transparencias y otras virguerías vistas raramente en Saturn.
Durante la exploración y las conversaciones entre personajes se mantiene el estilo de los Force de Megadrive, mostrando preciosas ilustraciones de los personajes mientras hablan. Esta vez están animadas, y sorprende que los sprites también lo están, dependiendo de la situación y la conversación. Es normal ver como asienten, niegan, saltan... la cantidad de animaciones es brutal, y si tenemos en cuenta que son sprites nos damos cuenta del enorme trabajo y cariño puesto por el estudio.
En cuanto al sonido, los efectos están a la altura de lo esperado, incluyendo voces en momentos puntuales. El punto negativo es que la actuación de los actores de doblaje no es precisamente brillante. La música, por supuesto, también destaca. Esta vez es obra de Motoi Sakuraba, autor entre otras de la banda sonora de Star Ocean. Un buen trabajo con algunos cortes memorables.
En definitiva, técnica y artísticamente estamos ante uno de los juegos más llamativos de Saturn, de esos que demuestran que haciendo bien las cosas el sistema era más que capaz de mostrar entornos 3D convincentes.
Pasando al juego en sí, la base es muy similar a lo visto en Shining Force 2. Tenemos partes de exploración en las ciudades y partes de lucha. Las partes de exploración son como las de cualquier JRPG al uso. Podemos comprar armaduras, armas u objetos. Podemos reclutar nuevos soldados para nuestro pequeño ejército en las tabernas o en eventos casuales. Podemos hablar con cualquier personaje que se haya unido en el cuartel. Y por supuesto podemos hablar con infinidad de NPCs, lo que será necesario para avanzar. En cuanto a las batallas, nos enfrentaremos con grupos de enemigos por turnos. Cada miembro de nuestro ejército y cada enemigo mueve dependiendo de su agilidad. De cada choque obtenemos dinero y experiencia, y a veces algún objeto de regalo. Nuestros soldados pueden morir, pero no es un problema, porque podremos resucitarlos tras el combate a cambio de dinero. La única excepción es nuestro protagonista, Symbios. Si muere habrá terminado el combate y apareceremos en la iglesia más cercana. La parte buena es que no perderemos la experiencia acumulada, por lo que cada reintento es un poco más fácil que el anterior, facilitando avanzar en los tramos difíciles.
Los personajes van subiendo de nivel en base a la experiencia adquirida, pudiendo cambiar de clase al llegar a nivel 10, lo que les proporciona diversas ventajas y mejoras. Siempre es interesante ver los cambios al promocionar un personaje en su camino a convertirse en una máquina de combate. Como novedad destacable esta entrega introduce un sistema de afinidad entre soldados. Cuando un personaje lucha cerca de otro se convierten en compañeros, dando bonus al ataque, la defensa o la probabilidad de conseguir críticos en cada combate en el que se encuentren cerca. Cuanto más luchen juntos, mayores bonus consiguen. Eso sí, debemos tener cuidado, porque en cuanto uno muera su nivel de afinidad con otros personajes desaparece al resucitar.
De nuevas nos encontramos también con que los personajes pueden aprender ataques especiales con sus armas, lo que aumenta la probabilidad de obtener un crítico. También es novedoso cómo encontramos escenarios dentro de escenarios. Durante nuestro periplo encontraremos mapas, lo que desbloqueará sub-localizaciones en campo de batalla. Nuestros soldados pueden investigar ruinas o tumbas, y empieza una persecución en las mismas, que son un pequeño nuevo escenario separado del escenario de batalla principal. Podemos tener soldados en el escenario principal y soldados en el secundario, cambiando completamente lo que vemos en pantalla dependiendo de quién tenga el turno. En estas zonas secundarias debemos atacar a los ladrones sorprendidos antes de que abandonen la zona, y dejarán caer tesoros de gran valor, armas, etc.
Como pasa con las anteriores entregas, realmente tenemos dos juegos en uno. Por un lado, la parte de exploración tiene todo lo bueno de los grandes JRPGs, llena de grandes secundarios, lugares que explorar y descubrir en las ciudades, tiendas, templos, almacenes... Por otro lado tenemos el sistema de combate, que es en el que radica la grandeza de Shining Force. Su desarrollo es completamente adictivo. No se trata sólo de nivel y estadísticas. De cómo utilices a tus soldados en el campo de batalla depende en gran medida el resultado. Te obliga a pensar bien cada movimiento, sin ser excesivamente difícil ni excesivamente permisivo. No se pierde en innumerables estadísticas ni complejísimos sistemas de combate, sino que todo aparece de forma comprensible y sencilla. Hace que te encariñes con los soldados. Hace que, resumiendo, la progresión por el juego sea muy placentera. Además, los combates no son aleatorios. Cada batalla está ahí por un motivo, y forma parte de la historia. Eso hace que todas las batallas sean necesarias, y que nunca tengas la sensación de estar gastando horas a lo tonto. Sencillamente, una maravilla jugable, que logra un equilibrio muy delicado entre sencillez y profundidad raramente visto en ninguna otra saga.
Todos los cambios técnicos no hacen más que aportar a la narrativa. La historia en sí es buena, mejorando lo visto en anteriores entregas. No es Shenmue, pero no está nada mal. Intrigas, política de alto nivel, traiciones, engaños... Vencer el mal, como debe ser, pero con grises y matices. Puedes encontrarte con que un general de tu ejército (ejército de la República) ha perdido la cabeza y está cometiendo crímenes de guerra, y pasar a luchar codo con codo con tu supuesto enemigo para intentar evitarlo. Se dan situaciones bastante interesantes. Eso sí, la historia del juego lanzado en occidente, a pesar de haberse modificado para ser autoconclusiva, está llena de agujeros que te dejan esperando más. Se presentan personajes que ves una vez y no vuelven a aparecer. Se habla de personajes que directamente no llegan a salir nunca a escena… Por no hablar del final. Si juegas sólo el primer escenario te pierdes muchas cosas. Si queréis conocer la historia como se concibió debéis usar alguna traducción y seguir con los escenarios 2 y 3 que, por cierto, permiten importar partida del escenario 1 europeo o americano. Mi consejo es que utilicéis la fantástica traducción de Dantares, que en el momento de escribir esto ya ha pasado al castellano los escenarios 1 y 2 completos y los cuatro primeros capítulos del escenario 3. También podéis buscar la traducción de los 3 escenarios completos al inglés de Shining Force Central. Es importante recordar que la versión occidental cambiaba cosas de la historia para hacerla autoconclusiva, así que si tenéis intención de jugar los tres escenarios lo mejor es que busquéis una retraducción del escenario 1 al inglés o, mejor, al castellano. Yo comencé a jugar mi juego en inglés, para pasarme después al castellano gracias a Dantares.
Por cierto, la versión PAL se ve perfecta en una consola NTSC.
Conclusiones:
Shining Force 3 es un auténtico juegazo. Es una pena que esta saga no tenga más renombre, porque a mí siempre me ha parecido una de las joyas de la corona de Sega. Hace poco jugué al laureado Fire Emblem Awakening, con el que comparte género. Y, a pesar de ser un gran juego y tener algunas ideas muy buenas, pienso que Shining Force 3 es mejor. La saga de Nintendo no tiene esa perfecta mezcla entre exploración y combate, centrándose más en el combate puro y duro. Esa combinación entre exploración típica de JRPG y combate EXCELSO no la he encontrado en ninguna otra saga. Y es también muy difícil encontrar un equilibrio tan sobresaliente entre simplicidad y profundidad de combate. Shining Force 3 es el máximo exponente de su saga. Y el último, porque desde la salida del escenario 3 Sega abandonó la subsaga “Force”, centrándose en remakes para portátil y entregas de action RPG no excesivamente brillantes, que además raramente han salido de Japón. Que la última entrega de Fire Emblem (Fates) haya sido en su lanzamiento todo un éxito de ventas en USA, o que XCOM vendiera también bien en consolas demuestra que hay un público para este género, más allá del típico usuario minoritario de PC. Ojalá Sega decida volver en algún momento con un Shining Force IV. Pero bien hecho, claro.
Sencillamente uno de los mejores juegos de Saturn. Un clásico atemporal que desgraciadamente casi nadie conoce. Os recomiendo… no, os animo a degustarlo como se merece.
Lo mejor:
- Técnica y artísticamente deslumbrante. Ay... si este tipo de juegos hubieran salido en 1995 y no en 1998 el destino de Saturn podría haber sido muy distinto... Ha envejecido muy, muy bien.
- Sistema de combate prácticamente perfecto. Táctico pero sin abrumar, sencillo pero exigente... Perfecto.
- Buena historia y bien contada. Utiliza muy bien los recursos narrativos a su alcance.
- Sistema de progresión adictivo como pocos.
Lo peor:
- Las voces en inglés tienen un nivel de interpretación tirando a lamentable.
- Que nadie conozca las bondades de esta serie más allá de cuatro frikis segueros (como yo)
- Que saliera originalmente sólo inglés, con la historia retocada para ser autoconclusiva y que no llegaran a occidente los otros dos escenarios.
- Nada más.
NOTA: 9.7