Hubo un día que a alguien de SEGA se le ocurrió producir un nuevo juego de pinball para la GBA. ¿Y por qué no hacerlo sobre alguna franquicia popular para que tenga más tirón de público? House of the Dead, por ejemplo. Zombis asediados por una bola plateada, ¡deja la pistola y dale a los flippers!



La primera noticia que tuvimos de este proyecto, fue en el ya lejano Spaceworld del 2001. La franquicia de acción terrorífica de pistola iba a pasar a la portátil de Nintendo en forma de juego de pinball. En un principio se aludió a este proyecto como House of the Dead Pinball, simplificándose luego por este más acertado –al menos en mi opinión- Pinball of the Dead.
El estudio encargado del desarrollo fue WOW Entertainment, anteriormente conocido como AM#1 y responsable de las dos entregas anteriores de la saga. Cuando este POTD(Pinball of the Dead) estaba a punto de salir a la venta, la propia WOW ultimaba los detalles de su port a consola de House of the Dead III.


La línea argumental o guión de este cartucho es… ¡no hay guión! Evidentemente es imposible articular una trama lógica para intentar justificar que el universo House of the Dead ha quedado atrapado en una máquina del millón. Sí que se puede decir que se basa en los dos primeros títulos de la serie, ya que tiene nombres y motivos gráficos directamente sacados de los populares arcades.


CARIÑO, HE ENCOGIDO A LOS ZOMBIS

Desde el punto de vista técnico POTD es un juego 2D de pinball con scroll al estilo de los clásicos del género. Lo más llamativo tal vez de su apartado gráfico es el esfuerzo que han realizado para acercar al máximo su entidad visual a su “hermanos mayores” poligonales.
Aun siendo un juego bidimensional está claro que intenta tener un cierto aspecto 3D, con personajes y objetos probablemente renderizados en tres dimensiones y luego exportados como sprites 2D.
Tiene un look oscuro y tétrico como le corresponde a la saga, colores no muy llamativos acentuados por algo de grano, quizás al pasar a una paleta restringida y con poca trama. De todas formas está claro que consigue heredar el aura gráfica de los juegos en los que se inspira.

Todos sabemos que los auténticos protagonistas de la franquicia son los zombis y demás criaturas horrendas de ultratumba, por eso en esta reconversión a pinball se ha optado por mantener en la medida de lo posible el protagonismo de las mismas. No sólo en algunos motivos del diseño de las distintas mesas de pinball, sino que se han introducido los propios bichos, que pululan por el escenario de juego siendo destruidos por nuestra bola. Algo no muy común en otros juegos de género, y que os recordará por ejemplo a los enemigos que veíamos en el mítico Arkanoid. Eso sí, hay que advertir que en este POTD los zombis que vagan por la zona jugable apenas tienen influencia en el comportamiento de la bola. Si ésta rebotase con cada monstruo que encuentra sería una autentica locura. Simplemente están por ahí ambientando un poco, nos proveen de puntos cuando son alcanzados por la bola y en ocasiones modifican ligeramente su trayectoria. En definitiva hay zombis pero con un papel un tanto secundario en la jugabilidad.


El diseño de las mesas es bastante acertado. Sólo hay tres, Errante, Moverse y Cementerio. Sí, aguantaros la risa porque este juego está traducido al español y algunas traducciones no dejan de sonar curiosas. Están basadas en diversas escenas y situaciones de los dos juegos de la franquicia –que hasta ese momento- habían visto la luz.
Las mesas se dividen en diferentes zonas jugables, existen los flippers de la zona inferior en los cuales si se nos cuela la bola nos podemos dar por jodidos, pero también tienen zonas superiores en las cuales también tenemos flippers adicionales donde podemos hacer blanco en otras rampas y objetos que activan otros juegos. Algo habitual en los juegos de pinball ¿no?


Lo que no es tan habitual es un juego de estas características que tenga jefes finales. Sí, si en los originales de pistola los final bosses tenían un gran protagonismo, en esta adaptación no podían faltar a la cita. Tenemos seis monstruos finales con sus correspondientes mini-mesas. Es decir, cuando colamos la bola en un agujero en concreto bajo ciertos requisitos accedemos a zonas jugables especiales, donde nos espera el horrible monstruo al que hemos de destruir. Es original y da bastante variedad y motivación a la jugabilidad, ya que nuestro afán por acabar con el siguiente jefe hará que nos mantengamos siempre pegados a los flippers.


A SU MANERA

Si analizamos este POTD estrictamente como juego de pinball, hemos de decir que no es totalmente fiel y no busca un gran realismo como simulador de maquina del millón. Es un homenaje a la franquicia de los zombis y la pistola de luz, pero no se ajusta totalmente a los convenciones de los juegos de pinball. Hay otras opciones mucho más realistas y que reflejan en todos sus aspectos mucho mejor la experiencia de estar jugando a un pinball real.
Por ejemplo, algo tan importante en juegos de este género como es el comportamiento físico de la bola no es que esté muy conseguido. Podemos decir que la bola es algo “flotante” y un tanto “dócil”. Os lo dice uno que es extremadamente malo en este tipo de juegos y en el presente le duran las bolas mucho más tiempo de lo habitual. También, no sé si será una mala impresión mía pero tal vez el espacio que dejan los dos flippers desplegados no es demasiado grande, casi el justo para que pase la bola, por lo tanto no es demasiado fácil que se nos cuele… ya me entendéis.


Otro detalle que demuestra que el juego va un poco a su aire a la hora de emular un pinball, es que… ¡no existe la falta! Le podemos dar a las mesas los meneos que queramos que nunca nos pitaran la temida TILT. Increíble ¿verdad? Debe ser que en el “otro barrio” no han inventado las faltas. Además sólo podemos mover la máquina virtual hacia arriba o abajo, eliminándose los golpes laterales para modificar la trayectoria de la bola. Vamos que los golpes típicos están algo limitados, no son demasiado útiles a pesar de que no exista la falta.


¿ME PAREZCO?


Ya lo hemos comentado, pero insistimos. Este POTD intenta en la medida de lo posible ser lo más parecido a sus versiones poligonales originales. ¿Más cosas? Pues por ejemplo, para sacar la bola nos aparece una mirilla y un enemigo al que abatir. Si acertamos activamos un juego-bonus especial y la bola sale disparada para empezar a moverse por la mesa. Aunque la GBA no se le pueda conectar una pistola es la manera que tienen de recordarnos de dónde sale este juego.
Más detalles similares son por ejemplo los mini-videos que tiene este cartucho. Tanto el de la presentación, que creo que está sacado directamente de House of the Dead II, con las limitaciones técnicas que se imponen cuando se muestran películas en la Advance; como cuando nos enfrentamos a un bicho final, cada uno también con su correspondiente video.


Los nombres de los juegos que vamos activando y completando según jugamos, sacados del diccionario particular de la franquicia: NIGHTMARE, BEYOND, GENOM, ESCAPE, etc. También comentar que no hay juego que active las MULTIBALL tan famosas de los pinballs reales, supongo que será un mal endémico de los pinballs de scroll… ya que ¿a que bola seguiría si hubiese muchas? Solo con los final bosses he podido sacar dos bolas simultaneas (aunque me consta que se pueden conseguir hasta siete), amparadas en el hecho de que en los escenarios propios de los jefes no hay scroll.

También es de agradecer que podamos grabar la partida en cualquier momento. Con cuatro slots en los que podemos salvar el momento actual de la partida en el que nos encontramos. Algo que he utilizado en multitud de ocasiones para hacer trampas, y aprovechar partidas en las que he empezado muy bien para intentar mejorar las puntuaciones. Supongo que algo con lo que los programadores ya han contado cuando nos dan esta opción.

En cuanto a las cuestiones sonoras POTD también adolece un poco de su falta de inspiración. Los efectos de sonido, tan importantes en este tipo de juegos no están tal vez a la altura. Con gemidos y gritos de los zombis decentes, pero con efectos en los rebotes en los spinners y bumpers no muy conseguidos. La música es aceptable, pero tampoco raya a gran altura. En definitiva podía haberse hecho bastante mejor en el apartado de audio, algo que reviste muy bien los juegos de pinball.

Para finalizar, esta transformación en pinball de la franquicia House of the Dead nos deja luces y sombras. Es cierto que técnicamente está bastante logrado y que captura fielmente la esencia de la saga, pero también lo es que tenían que haber refinado también otras áreas de la jugabilidad y recordar más a menudo que querían hacer un buen juego de pinball.
Aunque las notas que ha cosechado en casi todas las publicaciones de Internet son bastante altas nosotros le damos un pequeño tirón de orejas, pensando en lo que podía haber sido a poco que se hubieran pulido otros aspectos. Es un buen juego pero con el aprobado justito, si a los hombres lobo se les mata con balas de plata a estos zombis segueros se les fulmina con bolas de ídem; aunque el juego no la tenga, nosotros sí que le picamos falta a WOW por no haber conseguido un producto mejor.





.-