Durante el Black Friday del año pasado, mi gata Loki (de unos 5 años) empezó a vomitar todo lo que comía, daba igual que fuesen galletitas o jamón cocido o lo que sea.
Tras dos días así, la llevamos al veterinario, le hizo una radiografía y nos dijo que la lleváramos urgentemente a un hospital veterinario de la capital.
Allí que se fue y se quedó ingresada mientras miraban que era. Tras dos días allí, nos informaron que tenía o un timoma o un linfoma, pero que tenían que hacerle un tac (700€) para confirmar.
Al animal había que darle corticoides para que pudiese comer cada 48 horas.
Nos dijeron que había una masa entre el corazón y los pulmones, con posible metástasis y que sólo era operable. Dijimos que la operaran a la mayor brevedad, aunque nos dijeron que era muy arriesgado, dijimos que si, que adelante (casi 1000€ de operación)
El animal salió bien, se empezó a recuperar y se volvió a revisar a ver como había quedado. La masa se había reducido, pero no eliminado y sólo quedaba un tratamiento que para los timomas no suele funcionar, pero había que probarlo. Así se hizo. Si funcionaba, todos los meses había que hacerlo de por vida, a razón de 170€/mes.
Al cabo de un mes, cuando se iba a hacer el segundo intento, con una ecografía se comprobó que no funcionaba y que los pulmones tenían liquido, le sacaron 6 jeringuillas de liquido.
Ahora, tras un mes y medio desde aquel 15 de febrero, al animal le cuesta cada vez más respirar, empieza a abrir la boca y cada vez esto va a peor.
Ya nos hemos planteado dormirla, llevamos un montón de meses luchando contra un enemigo imposible de vencer.
Creemos que este fin de semana será el último y así ha sido.
Alrededor de las 22:00 de ayer día 27 de marzo de 2021, el animal estaba muy mal y decidí con todo el dolor de mi alma a llevarla al hospital veterinario para dormirla.
Al ir a cogerla para meterla en el cajetín, me dijo mi mujer que el animal se le había orinado encima, me tuve que sentar a llorar unos segundos, antes de continuar. Se me rompió el corazón en mil pedazos.
El trayecto se hacía eterno y la gata apenas podia maullar.
Al llegar y como sólo dejaban entrar a una persona, fue mi mujer (yo para estas cosas soy muy aprensivo), le pusieron una vía y dijeron que estaba muy débil, que no aguantaría ningún tipo de tratamiento. Le dió una parada y nos dejó para siempre.
Cuando salió con la caja y ella inerte se me cayó el mundo, no pude evitar abrir la caja y tocarla, aún caliente y suave, mientras mis lágrimas caían sobre su pelaje y decía su nombre.
Llorando a la ida, llorando a la vuelta, la noche fue horrible, apenas pegué ojo, me he levantado a las 8:00 (sólo para sentarme en el suelo con mis otros gatos y llorar) y hoy la hemos enterrado en la casa de mi mujer, en la caja de amazon que tanto le gustaba y con sus galletitas favoritas.
Escribo esto entre unos lagrimones que no puedo aguantar, todo me recuerda a ella. Le saqué unas fotos antes de llevarla al hospital porque me temía lo peor y esa mañana le grabé un video.
Loki no se merecía dejarnos tan pronto y de esta forma.
Siento el tocho, pero ha sido un golpe durísimo.
Pd: esta gata me la encontré con 3 hermanos, tirados en un contenedor de basura (no tenian ni un par de semanas). Me los llevé todos, una murio al cabo de unos días, los otros tres (loki incluida) salieron adelante. Les di una segunda oportunidad de tener una vida larga y saludable, pero el puto timoma de los cojones se ha cruzado en su camino.