Esa película de Star Trek, así como las dos siguientes, son un ejemplo de cuando un producto es un buen producto... pero malo dentro de su franquicia.
Star Trek no es una franquicia menor. Gran parte de su atractivo se basa en que es un universo extensísimo y completamente interconectado. Para cuando se estrenó Star Trek (2009) había ya 5 series completas (varios cientos de episodios) y 10 películas. Cada episodio y cada película es canon, ríete tú de universos como Star Wars. Hablamos de cientos de horas de contenido interconectado. No vais a encontrar un universo más desarrollado que este en ningún medio. Lo que hizo el reboot de Abrams fue tirar a la basura 43 años de desarrollo de ese universo para intentar atraer a nuevo tipo de público. Y lo logró, ojo. Puso Star Trek de nuevo en el candelero, y eso ha permitido un resurgir que a principios de este siglo parecía improbable, después de una serie que tuvo mala acogida (Enterprise) y dos o tres películas no muy destacables. Pero como película de Star Trek a los fans (trekkies) nos dejó bastante fríos. Me gustaron, son buenas películas de ciencia ficción soft y buenas películas en términos generales, pero NO son películas de Star Trek. Al menos tuvieron la gran idea de ubicarlas en una línea de tiempo alternativa, por lo que no se ha invalidado el canon antiguo.
Y eso es lo mejor que hicieron. Gracias a su éxito se ha reactivado Star Trek en general, y desde entonces se han estrenado dos series bastante buenas que están ubicadas dentro del canon original (Discovery y Picard), con otras dos en preparación (una sobre la Sección 33, sin título aún, y otra llamada Strange New Worlds). La línea temporal de Abrams se llama "Abramsverse", y no se descarta alguna nueva película. Pero vamos... yo prefiero las series mil veces.