Creo que todos lo hemos vivido como si Yu Suzuki hubiera escuchado nuestras plegarias desde el Olimpo seguero y hubiera hubiera bajado junto a los humanos para luchar porque se hiciera su santa voluntad. Los segueros somos así. Aunque tenía muchas otras deidades en contra. Sobre todo al peor Dios del infierno capitalista este en el que habitamos: el Dios Dinero. Pero vamos por partes.
De pronto, sin saber qué esperar realmente, me he encontrado jugando a Shenmue 3. Me he preparado, no creáis: en el último año me jugué a la versión HD de los dos primeros aparecida en PS4. Terminé el segundo apenas unos días antes de ponerme al fin con el tercero, para llegar con el hype por todo lo alto. Además, he intentado no dejarme influir, así que no he leído apenas críticas o avances. Así que os puedo dar mi propia opinión, y a ello voy.
Ya os aviso que no todo el monte es orégano.
Shenmue 3 empieza exactamente donde termina el anterior, porque, qué demonios, 18 años no son nada. De hecho los primerísimos compases son una recreación resumida de la última escena de Shenmue 2. El salto generacional, de primeras, viniendo del juego anterior, es muy grande. No podía ser de otra manera. Los escenarios están a años luz de los juegos anteriores, y logran algo muy difícil: Ser bonitos, no desentonar entre juegos de 2019 y a la vez seguir siendo, en esencia, los mismos que veíamos al final de Shenmue 2. La continuidad es total. Pero, ay, esto tiene sus ventajas, pero también sus inconvenientes.
Los escenarios son sin duda el punto fuerte del juego. Tanto a nivel artístico como técnico están claramente a la altura. Cierto, no son fotorealistas, pero algo así hubiera supuesto un salto artístico demasiado brusco desde el 2. Ciertamente no se le puede achacar nada en este sentido, salvo quizá que nos encontramos en localizaciones mucho más pequeñas que en anteriores juegos, especialmente si lo comparamos con Shenmue 2. A nivel de diseño están bien planteados. En la segunda localización hay detalles curiosos, como que ciertos caminos están bloqueados (o en obras) cuando llegas a ellos por primera vez, pero según avanza la historia se van desbloqueando, permitiéndote llegar mucho más rápido a donde tengas que ir. Curiosamente, terminé el juego y una de esas barreras seguía en su sitio... ¿error de programación? Por otro lado, he de decir que, a nivel de diseño, la primera localización me parece un punto por encima. Sobre todo por un pequeño templo budista que está en mitad del camino en la segunda, que se te obliga a pasar andando, por respeto, y que no puedes evitar durante un puñado de horas... Aún así, no hay mucho que reprochar en cuanto a diseño de los niveles.
Los modelos, por otro lado, me parecen más que correctos. Encajan perfectamente con los de los otros dos juegos, con las mejoras pertinentes pero sin pasarse. Eso aplica a todos los modelos... excepto uno: Ryo Hazuki. Para empezar, físicamente Ryo... no es Ryo. No han logrado replicar la cara de Ryo tal cuál era en Dreamcast y Xbox. Y no es una cuestión de salto técnico. Este Ryo tiene los ojos raros, como muy juntos. A veces sí es él y a veces es su hermano el alienígena, lo que da una sensación rara. A Shenhua le pasa un poco lo mismo, aunque en este caso su rostro sí está más conseguido. Es extraño que no hayan podido replicar bien el rostro de Ryo, porque además es algo que los fans señalaron desde el primer momento. Es verdad que el modelo del juego final es mejor que el de las primeras imágenes -que era atroz- pero sigue sin ser exactamente él. Eso sí, en todo lo demás, Ryo es Ryo. En sus movimientos (para bien y para mal), en su voz (grandísimo acierto seguir con el mismo actor de doblaje) y, sobre todo, en su forma de relacionarse con los demás personajes. Personajes, sin duda, muy bien diseñados artísticamente, pero no tanto técnicamente. Y es que es aquí donde a Shenmue 3 se le notan las costuras del presupuesto. Las animaciones son básicamente como eran en Dreamcast. Hoy en día se ven claramente anacrónicas, insuficientes a todas luces. Tanto en movimientos como en animaciones faciales, Shenmue 3 es prácticamente un juego de Dreamcast. Esto hace que además Ryo sea muy torpe. Cierto es que ya no se mueve con controles tipo tanque, pero sigue siendo ortopédico, sigue quedándose enganchado en las esquinas...
Otro aspecto que se ve anacrónico son las cinemáticas. Nos encontramos habitualmente con situaciones de esas que eran normales hace 20 años, como un NPC que habla con los brazos colgando a los lados y mirando al vacío. Crea una sensación extraña porque ya no estamos acostumbrados a este tipo de cosas. A veces, incluso, hay cortes en mitad de una escena muy extraños, con cambios de plano raros, supongo que dependiendo de qué se dicen los personajes, que no es siempre lo mismo dependiendo de qué opciones elijas. Los juegos de Dreamcast estaban más trabajados en ese sentido. En general, hay muchos momentos en los que Shenmue 3 se muestra como lo que es, un juego lanzado a duras penas intentando conseguir oro de un presupuesto claramente insuficiente. Incluso se ha recuperado (nótese el sarcasmo) el popping exagerado que hace que los personajes literalmente aparezcan delante de nuestras narices. Una situación normal durante mi partida era entrar en una tienda vacía y esperar unos segundos delante de la silla vacía del comerciante para comprobar si es que no estaba allí o es que todavía no había aparecido. Esto ocurre especialmente en la segunda mitad del juego, por algún extraño motivo, dando la sensación de que la primera parte, la de Bailu, está más pulida.
Estos problemas hacen que técnicamente, salvando los escenarios, Shenmue 3 se asemeje más a un remaster que a un juego nuevo. Es como si fuera un Shenmue 3 HD que proviniera de Dreamcast. Y es una pena, porque me temo que le va a pasar mucha factura. Viendo el producto final, dudo mucho que un jugador medio actual, que no conozca y ame la franquicia, pueda disfrutar Shenmue 3. Pero claro... Shenmue 3 nunca se pensó para el jugador medio. La idea de Yu Suzuki era entregar un juego completamente continuista respecto a las anteriores entregas, y en ese sentido ha cumplido lo prometido. ¿Qué hay más continuista que un juego que técnicamente parece haber sido gestado en Dreamcast?. También me hace pensar, por cierto, que Sega se podía haber currado mucho más el remaster de las dos entregas previas, porque viendo estos escenarios se hace evidente la desidia de esos remasters...
En lo que no hay pega alguna es en la banda sonora. Recupera muchas piezas de anteriores entregas, pero lo nuevo no desentona. Desde mi punto de vista es inmejorable. Y lo mismo se podría decir del doblaje, porque es exactamente lo mismo que en lo juegos previos. Recuperar actores de doblaje ha sido un punto clave para mantener la coherencia y continuidad con los juegos de Dreamcast. Chapó.
¿Y cómo se juega Shenmue 3? El sistema de control se ha mejorado notablemente, así que eso ayuda. Tenemos un esquema más actual, moviendo a Ryo con el stick izquierdo de forma natural. Sin duda se controla mucho mejor que en Dreamcast o incluso que las entregas HD. Eso sí, ya os he dicho que Ryo es torpe y tiene tendencia a engancharse en esquinas y cosas así. Pero viniendo de Shenmue 2 se percibe como una gran mejora. Ojalá Sega hubiera hablado con el equipo de Suzuki y hubiera implementado este sistema de control en el remaster. En cuanto al sistema de combate hay que decir que, aunque satisfactorio, está muy simplificado respecto a anteriores entregas. Quizá demasiado. Por ejemplo, no hay agarres, aunque esto es fruto de la falta de presupuesto. Hay quien me ha dicho que han intentado actualizarlo y hacerlo más accesible... puede ser. Ahora las técnicas debes entrenarlas en peleas con alumnos de los distintos centros de entrenamiento o templos. Para entrenar tendréis que ejecutar la técnica como antaño, es decir, con combinaciones de botones. Bueno, casi como antaño, porque no se usan los botones o palancas de dirección, sino sólo los botones de acción. Vais a tener mucho entrenamiento, creedme. Luego, una vez en combate, elegimos las técnicas con los botones L1 y R1, y las ejecutamos con R2. Sí, habéis leído bien: se ejecutan pulsando un botón. El otro gatillo será cubrirse o esquivar, y los botones frontales servirán para golpear. Las técnicas en sí las puedes comprar en tiendas, aunque pueden ser carísimas, o bien canjeando colecciones de objetos. El sistema de entrada me pareció bastante decepcionante, pero una vez te acostumbras no es ni bueno ni malo... Se convierte en esperar cubierto y aprovechar cuando bajen la guardia para desatar tu ira. No es lo mejor del juego, pero no funciona mal. Se siente como un pequeño paso atrás, pero realmente no es tan terrible una vez metido en harina.
También tendrás que entrenar con muñecos de prueba, lo que te aumentará la barra de vida. Esto se hace a través de minijuegos muy sencillos, que tendrás que repetir una y otra y otra vez. Esto, en cualquier juego sería un problema: sencillo y repetitivo suele significar lo mismo que aburrido. Sin embargo ya sabemos que Shenmue no es una serie normal en muchos sentidos. En este caso lo repetitivo da sus frutos, y vemos cómo Ryo mejora, lo que es una metáfora muy buena de cómo la perseverancia y la disciplina ayuda a Ryo a mejorar. Y es un buen ejemplo, también, de cómo no se puede juzgar este juego (esta saga) con el mismo criterio que otras. Pero ya volveremos a eso.
Sobre minijuegos, hay que decir que estamos servidos. A los entrenamientos se unen los arcades, sin videojuegos clásicos licenciados pero con bastante variedad. También tenemos los trabajos a tiempo parcial, claro. !Vuelve la carretilla elevadora!
Hay otros, por supuesto. Me he tirado horas cortando troncos, en un minijuego absolutamente simple y absurdo (consiste en apretar el botón en el momento correcto) pero que por algún motivo me encantaba. Quizá fuera esa forma tan seguera de cambiar la música si acertabas en el centro del tronco...
Estos trabajos serán muy importantes para conseguir dinero y, como sabéis, el dinero en Shenmue es importante. Otra curiosa metáfora del desarrollo del juego en sí. Shenmue 3 ha logrado lo mismo que lograban las otras dos entregas: hacerte sentir parte de la vida de Ryo, de sus rutinas. Sí, puede que tengas que ir a ver dónde están los matones que están sembrando el pánico en la aldea de Bailu, pero antes recoge unas hierbas en el campo y corta un poco de leña, que necesitas comprar comida. Porque esa es otra gran novedad: Ryo despierta por la mañana con su vida recuperada, pero el medidor se irá vaciando poco a poco a lo largo del día. La única forma de rellenarlo es comiendo. Y la comida no es gratis. También podemos rellenar la vida con pociones que incluso se pueden usar durante el combate. Estas pociones son caras, lo que establece una curiosa relación entre ganar dinero y la posibilidad de vencer en determinados enfrentamientos.
Podremos comprar muchas otras cosas, claro. Desde ropa a objetos coleccionables. Podremos gastar nuestro dinero en los arcades o, como no, en las máquinas de bolas de objetos coleccionables. Estas máquinas tienen juguetes de un determinado tipo. Cuando consigues todos los de una máquina puedes vender el set completo, normalmente por cantidades bastante jugosas. Eso sí, necesitarás paciencia.
Por si fuera poco, hay determinados momentos del juego en el que estaremos obligados a pagar enormes cantidades por algún objeto raro especialmente caro, así que conseguir dinero no será en ningún caso algo opcional.
He leído críticas porque esta vez los coleccionables de las bolas (entiéndaseme bien) no están relacionados con Sega. No es del todo cierto: una de las colecciones de juguetes es de muebles arcade, entre los que está nada menos que el de Hang-On, con nombre y todo. También es motivo de queja el hecho de que, esta vez, no hay arcades de Sega en los salones recreativos. Aunque, bueno... eso no es del todo cierto. Sí que los hay. Hay máquinas arcade y, sí, son de Sega. Tienen sus logos, al menos. Lo que hay son arcades mecánicos, de los que de hecho popularizaron compañías como Sega antes de meterse de lleno en los videojuegos. Por ejemplo este, de 1971:
En el juego hay alguna máquina de este estilo, que supongo que o bien son modelos reales o bien se inspiran en ellos. También hay otras creadas específicamente para el juego, la mayoría de ellas basadas en Quick Time Events. Incluso hay una especie de versión reducidísima y un tanto ridícula de Virtua Fighter.
Esto se complementa con algún que otro minijuego tipo encestar canastas y similares.
Y sí, efectivamente no hay ningún videojuego clásico de Sega. Lo cierto es que es raro, porque logos de Sega hay por todos los lados. En varios sitios se ven posters de Space Harrier, cargamos máquinas de Sega de un lado a otro en el puerto e incluso hay un edificio con un grafiti enorme con el logo de Virtua Fighter.
Así que Sega sí que está muy presente en el juego, lo que tengo que reconocer que me ha sorprendido. ¿Porqué no se ha incluido ningún juego clásico? Probablemente haya algún motivo que se nos escapa. Quiero decir... si pones un logo gigante Virtua Fighter en una pared es que tienes permiso de Sega para hacerlo. Así que Sega algo ha tenido que ver, aunque sea simplemente en aceptar el uso de esas marcas en el juego. De hecho, en varios salones recreativos hay arcades de videojuegos con un cartel encima de la pantalla en el que pone Coming Soon. ¿DLC? Podría ser.
Por si tenéis dudas, Sega sigue siendo propietaria de la franquicia y el copyright le sigue perteneciendo.
Respecto al desarrollo del juego en sí, puedo decir con alegría que Shenmue 3 sigue siendo Shenmue. Si el juego hubiera salido en Dreamcast un año después con la misma jugabilidad lo hubieramos percibido como uno más de la franquicia sin problemas. Para mí la mejor noticia es que el juego es totalmente consecuente con los dos previos. Tanto artística como argumentalmente. Realmente parece que el tiempo no hubiera pasado, y he tenido la sensación constante, como ya dije antes, de estar jugando un remake de un capítulo perdido de Shenmue que me perdí en su día en Dreamcast. Así que si habéis jugado a Shenmue antes, sabéis exactamente qué esperar. Muchas han sido las críticas al respecto. He leído que el sistema de juego está obsoleto, que hoy en día no tiene sentido... Tiene el mismo sentido que en 2001. Shenmue era una franquicia especial ya cuando salió, y lo sigue siendo. Un rara avis, único en sus planteamientos, que no se parece a nada más que a sí mismo. Y eso es muy bueno. Si me apuráis, diría que este Shenmue se parece más al primero que al segundo, por su planteamiento más pausado y analítico. Desde mi punto de vista, la jugabilidad de Shenmue 3 es perfecta tal cuál está planteada. Sí, el sistema de combate podría mejorar, pero salvo por eso estamos en el mismo punto donde lo dejamos, jugablemente, en 2001. Y esto no gustó a mucha gente entonces, y no gusta hoy. Shenmue requiere paciencia. Es una serie que exige al jugador que siga su ritmo, y no al revés. Las cosas pasan cuando tienen que pasar, no antes, y eso puede ser frustrante para algunos jugadores. Pero, igual que los juegos anteriores, Shenmue 3 te premia de forma especial con cada logro, porque tienes la sensación de haber trabajado (a veces, literalmente) para conseguirlo, tal como lo hace Ryo en la ficción.
Shenmue 3 es un juego muy gratificante de jugar siempre que le des tú en la medida en la que recibes, tal cuál pasa con los anteriores. Especialmente con el primero. Si no os gustó el primer Shenmue, este tampoco os gustará. Y si os gustó, este también lo hará. Precisamente porque ofrece la misma experiencia, al menos en su primera parte. Tanto argumental como jugablemente Shenmue 3 se divide en dos partes muy diferenciadas: la primera se desarrolla en Bailu, la aldea donde vive Shenhua. La segunda se desarrolla en otro entorno mucho más bullicioso, del que no quiero hablar mucho para no hacer spoilers. El desarrollo de la primera parte (el primer GD-Rom, digamos) es un calco al de Shenmue 1. Shenhua acoge a Ryo en su casa, que la ayudará a buscar a su padre desaparecido. Ejerce de anfitriona y de amiga, y ves cómo se va forjando entre ellos una relación muy especial, apoyada tanto en sus investigaciones como en las conversaciones casuales que surgen entre ellos tras la cena de cualquier día, o en los juegos con los que pasan el rato. Esta primera parte es para mí la mejor del juego. La aldea tiene un diseño exquisito, y está poblada de personajes interesantes, cada uno con su personalidad, que nos tratan con la familiaridad con la que tratarías a un buen amigo de un familiar. Porque todos conocen a Shenhua desde niña. Durante nuestra estancia en Bailu, Shenhua tiene muchísimo peso en la historia. Es omnipresente, y hay un desarrollo marcado del personaje. Por desgracia después vamos a otra localización y esta parte se desvirtúa un poco. Shenhua pasa a un discreto segundo plano, tenemos menos contacto, y pasa a ser un personaje mucho más secundario. En esa segunda parte aparecerá algún viejo conocido que, de hecho, se introduce en la historia de forma muy abrupta, del estilo de pasaba por aquí, y aunque nos conocemos bien y hemos compartido mucho, voy a ir a mi rollo. Es curioso porque en esta segunda parte parece como si Ryo y los demás personajes principales se dejaran llevar por el individualismo urbanita de forma súbita. Gracias a los cielos esto cambia a partir de determinado momento, y las relaciones vuelven a ser algo más normal. Pero sí es cierto que durante unas horas la sensación es que de pronto ciertos personajes parecen haberse enfadado entre ellos, digamos, fuera de cámara.
Para haber pasado por tanto juntos, tenemos un reencuentro bastante frío...
Es como si la primera parte intentara volver a la esencia de Shenmue 1, y la segunda a la de Shenmue 2. Pero esta segunda no funciona tan bien en ese sentido, notándose también como algo menos pulida en lo técnico, como ya hemos dicho. Hay mucho más popping de personajes, por ejemplo, en la segunda localización. Y en cuanto a diseño es evidente que los escenarios son mucho más pequeños que en Shenmue 2, aunque eso no es necesariamente malo. Hay que decir que artísticamente esta segunda parte es igualmente fascinante, incluso mejor que Bailu.
Y sí, hay una tercera localización, aunque en este caso hablamos de algo mucho más pequeño que las otras, reservado para los compases finales del juego. Esta última etapa jugable me ha parecido muy bien planteada y muy interesante, con un final por todo lo alto que a mí al menos me gustado mucho.
En cuanto a los nuevos personajes, Shenmue 3 tiene un buen puñado de secundarios con entidad propia. Ryo volverá a dar con maestros que le enseñarán nuevas técnicas. Alguno de ellos muy exigente. Incluso hay algún villano nuevo, de lo más interesante. Eso sí, alguno de estos personajes está muy desaprovechado, y es de esperar que se desarrolle más en Shenmue 4.
Por terminar con el tema del desarrollo, decir que sí, la historia avanza muy, muy poco. No es que lo que cuente no sea interesante, pero es justo decir que apenas hay avance. Ahora vamos sabiendo qué ocurrió con nuestro padre en el pasado, qué pintan los espejos del Dragón y del Fénix y algunas motivaciones detrás de los actos de Lan Di y los Chiyoumen. Pero en términos generales apenas hay avance. Posiblemente sea el juego de la saga en el que menos se avanza en este aspecto. Esto también ha sido criticado, pero para mí el viaje en sí mismo tiene todo el sentido y no tengo mucho que reprochar. Sabíamos que Yu planea al menos dos juegos más, así que nada que no supiéramos. Ahora, claro, que los números den para terminar la historia, que no está nada claro.
Conclusiones.
Shenmue 3 es un juego muy complicado de analizar. Atendiendo al juego en sí, sin más, no podría recomendarlo a un neófito. El nivel técnico es muy discreto, con algún apartado concreto, como las animaciones, que son indignas de un juego de 2019. Un jugador que no conozca la serie probablemente no será capaz de pasar esos problemas por alto, y es una pena. Porque se perderá una gran experiencia conjunta con los dos lanzamientos previos. Pero... ¿y el fan de la serie?. Yo desde luego he empezado el juego con sentimientos encontrados. Es verdad que estas carencias técnicas son mucho más notorias de lo que esperaba. Según he arrancado el juego, primero me ha alucinado el cambio en los escenarios, especialmente al tener tan cercana la experiencia de Shenmue 2. Pero en seguida me han saltado a la vista todos los problemas mencionados. Donde Shenmue 2 daba la impresión de ser un juego pulidísimo y una bestia de su generación, Shenmue 3 la da de juego de bajo presupuesto con el pulimento justo.
Leyendo todo lo escrito arriba, supongo que muchos estaréis pensando que el juego es una gran decepción... pero, que demonios, empezamos en la cueva. En esa cueva en la que llevamos esperando 18 años. Y por fin salimos de nuevo a la luz. Lo que te encuentras es a Ryo con Shenhua, y un pad en las manos. Y al poco tiempo la magia de Shenmue vuelve. Sí, las animaciones son robóticas a más no poder, y Ryo tiene los ojos raros. Pero pronto ves que sigue siendo él. Incluso habla a Shenhua de Yokosuka, y de Nozomi, y del puesto de perritos de su amigo americano en el muelle. Pronto vuelves a ese mundo mágico que creó Yu Suzuki hace tantos años. La magia de Shenmue sigue ahí, y eso lo notas en seguida. Pronto te acostumbras a esos modelos y animaciones y empiezas a disfrutar de lo que ofrece el juego. En ese sentido, me ha recordando mucho más al primer Shenmue que al segundo, especialmente al principio, cuando el entorno es pequeño (la aldea de Bailu) y todo el mundo conoce a Shenhua. Su padre ha desaparecido, y es tu tarea encontrarlo, y así entender su relación con tu padre, con Lan Di, con los espejos y con todo lo demás. Toca investigar, trabajar, apostar... vivir Shenmue. En el momento en el que entras en el juego, empiezas a ver sus puntos fuertes, como su sensación de vida, su excelente apartado artístico o su maravillosa banda sonora. Te dejas llevar por todo ello (tienes que hacerlo) y pronto estás disfrutando de nuevo con Ryo y re-descubriendo sensaciones que Shenmue te dio y ningún otro juego ha logrado trasmitir. Shenmue 3 lo hace, y sólo por eso merece la pena. Con seguridad es el peor juego de la franquicia, y no sólo en lo técnico. Pero aún así es una entrega digna, y eso, además de ser una gran noticia, es más de lo que muchos podrían esperar.
Agradezco muchísimo a Yu Suzuki, y al resto de artífices de Shenmue 3, este pequeño milagro. Poder continuar esta historia es sencillamente un regalo inesperado. Shenmue 3 tiene mucha de la magia de los dos primeros, y eso es mucho decir. Pero hay que tener en cuenta que no todo el mundo supo ver esa magia en su día, cuando Shenmue era sinónimo de super-producción. Ahora que es poco más que un indi, la verán aún muchos menos. Es una gran pena que Suzuki no haya tenido el apoyo de Sega y el presupuesto de un Yakuza. Este juego realizado por el equipo de Yakuza bajo la dirección de Suzuki hubiera sido un nuevo hito. En su estado, es un regalo para nosotros, fieles seguidores, que debemos paladear como lo que es, sin buscar más ni menos. No es un juego para el jugador actual, y no traerá a nuevos fans a la franquicia, al menos si no juegan los otros dos antes. Pero así, tal cuál es, lo he disfrutando enormemente. Ahora a ver cómo continúa la historia (si lo hace) en Shenmue 4.
NOTA: 8
Si eres un fan de Shenmue de la vieja guardia, ignora la nota y juégalo... le sacarás un jugo que otros no pueden.
