Desarrollado por Chime y publicado por Sega sólo en Japón, estamos ante un más y mejor de libro. Y no es poco si tenemos en cuenta que el primer juego es un juegazo. Desgraciadamente para abril de 1998 Saturn estaba muerta y enterrada en occidente, adonde apenas llegaron ya un puñado de juegos. Dragon Force 2 nunca salió de la Tierra del Sol Naciente, como los episodios 2 y 3 de Shining Force 3, Grandia, Vandal Hearts, Suikoden, Wachenröder, Dead or Alive, X-Men vs. Street Fighter, Darkstalkers 3, King of Fighters 97 y muchos, muchos otros pesos pesados de la consola. Dead or Alive o KoF 97 son completamente disfrutables en su forma nipona, pero no así la enorme cantidad de JRPGs que quedaron en oriente, que necesitan dominio del idioma japonés para ser jugados. Una desgracia para los usuarios occidentales de la consola, pero una que poco a poco la comunidad empieza a correguir. Saturn está en un momento dulce en pleno 2022. En los últimos años han llegado un buen montón de traducciones con las que honestamente no había ni soñado, y hay más en camino. Y uno de los primeros pesos pesados en abrir la veda fue precisamente este Dragon Force 2: Kamisarishi Daichi ni, traducido al inglés como Dragon Force 2: The Godforsaken Land.
Esta review se basa en esta traducción, realizada por el equipo Verve Fanworks. El juego está completamente traducido, dejando sólo las voces y algún pequeño detalle sin importancia en japonés. Un trabajo descomunal porque tiene literalmente miles de líneas de diálogo. Para jugarlo he utilizado la versión 1.007, la última a esta fecha, en mi Saturn japonesa model 2 modificada con MODE. Tengo que decir que me costó un poco empezar a jugarlo: no fui capaz de hacer funcionar el juego parcheándolo yo mismo. Tampoco me funcionaba correctamente la versión que hay en CD-Romance. Finalmente encontré por Internet, con algo de ayuda, una imagen que sí me funciona sin problemas.
Una vez encontrada la imagen correcta, Dragon Force 2 me descubre sus esencias. Estamos ante una secuela muy, muy conservadora. En el buen sentido, porque el original tiene mucho que alabar. Todo lo bueno que comentaba sobre el sistema de juego en la review del original, que podéis leer aquí, aplica a su secuela. El sistema de progresión y combate es esencialmente el mismo, aunque con algunas modificaciones. En cuanto a la progresión, se ha simplificado de tal manera que ahora ya no es necesario buscar activamente en los castillos: las unidades que hay destacadas en cada uno buscarán automáticamente cada semana, reportando los items o generales que descubran. A cambio se ha añadido una nueva opción a explotar semanalmente: la forja. podemos combinar los materiales que vamos encontrando para generar items específicos. Para ello tendremos que probar combinaciones o encontrar quién nos las chive... o bien mirar en Internet, claro.
También se mantiene el sistema de captura de generales enemigos y la posibilidad de atraerlos a nuestro bando. Y la posibilidad de que alguno de nuestros generales deserte. Afortunadamente el sistema ha mejorado, y ahora cuando ves la lista de enemigos capturados o de generales propios aparece una cara que indica su grado de afinidad contigo.
Así sabemos si uno de nuestros generales está descontento sólo con verle la cara, o si un prisionero podría dejarse convencer. Esto ahorra mucho tiempo que en primer juego dedicabas a conversaciones sin resultado.
El sistema de niveles y de asignación de condecoraciones sigue igual. Cada condecoración se traduce en una decena de unidades de la tropa elegida. En esta ocasión se da un giro de tuerca, pudiendo cada general llevar dos tipos de tropas distintas a la batalla, lo que da una nueva profundidad estratégica. Podemos combinar tropas de diferentes tipos, con resultados muy variados. Por ejemplo, 60 caballeros y 40 harpías, para cubrir tanto tierra como aire. Como en el primero, cada tipo de tropa funciona mejor con unos u otros enemigos, por lo que es importante elegirlas bien. Además, una vez en combate las opciones tácticas disponibles varían en función de la combinación de tropas que tengamos. Podemos dar órdenes a cada tipo de tropa por seperado o a las dos en conjunto, y las opciones dependerán tanto del tipo de tropa elegida como del tipo de tropa que la acompaña, desbloqueándose opciones tácticas específicas para cada tipo dependiendo de sus acompañantes.
Es un sistema muy profundo que replantea con bastante acierto lo visto en el primer juego, pero manteniendo la misma esencia. Un detalle que me ha gustado mucho es que ahora no necesitamos consultar el manual para saber si nuestros caballeros tendrán opciones con las harpías del enemigo: esa información aparece en la pantalla de selección de general, indicándonos con iconos si el enfrentamiento será muy ventajoso, ventajoso, igualado o en desventaja. Es información muy importante y se agradece que ahora esté disponible en el propio interfaz de juego. Porque además ahora hay más tipos de tropas, y dentro de cada tipo hay subtipos. Por ejemplo, hay distintos tipos de soldados. Mirarlo en una tabla sería muy tedioso. En cambio así podemos ver si nuestro general dará la talla sin necesidad de buscar tablas fuera del juego.
Las opciones tácticas son más variadas y la vez algo más lógicas que en el primer juego. Igual que en este, una vez desaparecen todas las tropas de ambos bandos se nos da la opción de batirnos en duelo con el general contrario. Una vez aceptado el duelo, sólo lo presenciaremos, sin ninguna intervención por nuestra parte.
Otra novedad son las cuevas. A lo largo y ancho del mapa nos encontramos con cuevas opcionales llenas de demonios. Podemos entrar a ellas en cualquier momento, lo que nos servirá para obtener objetos y subir a nuestros generales de nivel. Cada cueva está organizada por niveles de dificultad creciente. Así, no tendremos que preocuparnos de que tal o cuál general no tiene buenas estadísticas o de que le falte algún tipo de tropa. Siempre podemos entrar en una cueva y hacerle subir de nivel y ganar las condecoraciones que sean necesarias. Es lo que hacía el primer juego con los encuentros fortuitos con generales inmortales, pero aquí lo puedes hacer tú cuando quieras. Es una genial manera de evitar el problema que supone tener que subir de nivel para afrontar con garantías lo que venga, sin ser pesado. Dedicas el tiempo que necesites, ni más ni menos, sin necesidad de tediosos encuentros fortuítos, y vuelves a la acción principal cuando te encuentres preparado. Una novedad muy bienvenida.
Al contrario que en su precuela, ahora cada principio de semana se te da un recordatorio de cuál era tu siguiente objetivo, y podremos salvar partida en cualquier momento la partida sin necesidad de cartucho de ram. Al menos fuera de las batallas. Y en la memoria interna de Saturn cabrán al menos 3 partidas guardadas, lo que da más margen. Sólo esto es una mejora bastante importante respecto al primer Dragon Force. En general, toda la jugabilidad es una vuelta de tuerca al sistema que tan bien funcionó en el primer juego, pero con muchas mejoras aquí y allá, dando lugar a un juego que se nota más pulido.
En cuanto a los apartados técnicos y artísticos, Dragon Force 2 es también una notable mejora a lo visto en la primera parte. El primer juego ya destacaba, pero este lo supera en prácticamente todos los aspectos. Gráficamente llama la atención que todo parece más detallado. Según carga el mapa, unas nubes transparentes, de esas que decían que no podía hacer la Saturn, nos dan la bienvenida. Los campos de batalla son más variados y detallados, así como las magias y los efectos. Es destacable que ahora los sprites están en general mucho menos pixelados, incluso con el zoom al máximo, y son más detallados y con mejores animaciones. Y todo ello manteniendo los tiempos de carga bajo mínimos y sin ralentizaciones en batallas multitudinarias llenas de efectos.
Aunque sí es verdad que el uso de más efectos ambientales lleva a que en ciertos momentos se opte por usar tramas en lugar de transparencias, cosa menos frecuente en la primera parte. Se mantiene un detalle de buena programación no muy habitual en la época: la música nunca se corta durante los tiempos de carga. Puede parecer una tontería, pero es algo que da mucha calidad artística. Este aspecto, el artístico, también ha sufrido evolución: está aún más trabajado que en el primer juego. Aparte de la mayor variedad de sprites y animaciones, ahora todas las conversaciones relativas a la trama están dobladas -en perfecto japonés, claro-, y hay muchos más vídeos cinemáticos anime en momentos puntuales. Vídeos hechos con muchísima calidad, tanto artística como técnica, en una consola que era trístemente célebre por mostrar videos de calidad más bien discreta: todo lo contrario en Dragon Force 2, donde los videos se ven prácticamente a pantalla completa y con una fantástica calidad de imagen.
Musicalmente tampoco hay ningún pero que poner. Una banda sonora fantástica que se amolda perfectamente a la acción, y lo suficientemente variada como para que no se haga pesada nunca. En general todo lo bueno que dije en su día sobre Dragon Force es aplicable a Dragon Force 2, sólo que ampliado. Este juego pone en evidencia algo obvio: Sega Saturn tenía mucho más que ofrecer técnicamente de lo que vimos, especialmente en Europa. Esta segunda parte mejora en todo a su antecesora, que ya estaba muy bien valorada en lo técnico. Le deja a uno la duda de cuánto pudieran haber mejorado otros juegos que nunca tuvieron secuela en la consola como Tomb Raider o Resident Evil. Nunca vimos de lo que esta máquina era capaz realmente, pero este juego y algún otro muestran un avance técnico que se nos negó en occidente. ¿Donde hubiera llegado un Dragon Force 3? De ahí mi referencia a la hornada perdida, esas dos o tres generaciones de juegos del final de la vida de cada consola que son los que realmente le sacan el jugo técnico. Saturn nunca las tuvo.
En cuanto a la historia, Dragon Force 2 comienza en el continente de Legendra varios cientos de años después de los hechos del primer juego. Madruk es sólo una vieja leyenda y los miembros de la Dragon Force personajes míticos. De nuevo tendremos que elegir con quién jugaremos de entre los líderes de los reinos y de nuevo tendrá incidencia directa en la historia y el desarrollo de la partida. Eventos extraños ocurren en el continente y llevarán a los reinos a la guerra. ¿Estará Madruk involucrado? Y si lo está, ¿qué hará Legendra sin los largamente desaparecidos Dragon Force? Estará en nuestra mano descubrirlo.
Tengo que decir que el comienzo de la historia es algo más irregular que el del primer juego. Las motivaciones, al menos en la facción que yo elegí, son menos verosímiles. Pero pronto suceden cosas que mantienen la atención, y la historia no deja de ganar interés. Unido a la espectacular puesta en escena no puedo menos que alabar el trabajo en ese sentido.
La historia del primero me sigue pareciendo más épica, mejor en líneas generales, pero también más cargada de clichés. En ese sentido este juego es más rico, y no decepciona.
Como conclusión, diré que Dragon Force 2 es toda una maravilla que he disfrutado como un loco en mi partida. Un juegazo absolutamente desconocido. Una joya oculta de libro. Un juego que si hubiera salido en PlayStation en inglés se mencionaría en todos los tops del sistema. Pero salió en Saturn, en Japón y en 1998. Combinación terrible. No sé lo que vendería, pero me imagino que poquísimo porque Sega nunca volvió a acordarse de la franquicia. Ni siquiera estoy seguro de a quién pertenece, aunque supongo que a la propia Sega. ¿Si lo recomiendo? Sin ninguna duda. Es un juego top del sistema. El primero era muy bueno, y este es aún mejor. Está más refinado, es mejor técnicamente y las mejoras lo hacen más accesible sin perder profundidad. Por supuesto, si odias los juegos de estrategia, o si no te gustó el primero, ignora este también. Pero si te atrae mínimamente el género, poco vas a encontrar mejor en esa generación. O en cualquier otra.
Como última nota, evidentemente el juego original está en completo japonés o en inglés con traducción de fans. La traducción requiere un dominio aceptable del inglés escrito, como el lanzamiento occidental del primer juego. Si no cumples estos requisitos, ni lo intentes. Pero si los cumples, date el gustazo.
Me encanta descubrir juegos así en consolas como Saturn. Juegazo.
NOTA: 9.4
Un apunte sobre la traducción: obviamente no he probado todo el contenido del juego, porque eso implicaría jugar la historia 8 veces, una por reino. Pero en mi partida sólo me he encontrado un pequeño problema en un texto en un combate, completamente irrelevante. Mantiene alguna mínima cosa en japonés: unos caracteres antes del nombre del tipo de unidad, que no afectan para nada -significará tipo o unidad en japonés- y los créditos finales, porque son un video y habría que rehacerlo, y el único detalle de que las voces de los videos siguen en japonés. Pero realmente sólo hay un par de momentos en todo el juego en el que aparece un video con voces, tienen conversaciones mínimas y al menos en mi partida son muy autoexplicativos aún estando en japonés. Vamos, que puedes disfrutar el juego al 100%. De hecho, la última noticia del proyecto, que lleva años sin novedades, es que ya tenían los créditos traducidos y los incluirían en un nuevo parche futuro, pero que no era la prioridad del equipo que estaba ya enfrascado en otra traducción.
Opciones similares: en la misma consola tienes Ogre Battle y el primer Dragon Force, claro, que deberías jugar antes que este. Dentro del JRPG de estrategia también tenemos los tres escenarios de Shining Force 3 o Mystaria, aunque sus propuestas son notablemente diferentes.
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