Metroidvaina es un término que identifica a un subgénero de los juegos de plataformas de aventura. Se caracteriza por tener un desarrollo no lineal, en el que el acceso a determinadas áreas depende de que el personaje haya adquirido determinadas habilidades o bien de que haya realizado determinadas acciones previas. Esto nos lleva a que al obtener aquello que desbloquea el acceso a áreas previamente inaccesibles debamos volver sobre nuestros pasos a zonas por las que ya hemos pasado, lo que se conoce como backtracking. Obviamente el hecho de encontrar zonas bloqueadas que se deben desbloquear de alguna manera es básico en el género de aventuras, pero también en otros como los RPGs. La diferencia del género es su enfoque hacia las plataformas y el uso extensivo del backtracking en su jugabilidad, normalmente en mapas muy extensos.
El nombre del género proviene de las dos sagas que sentaron sus bases: Metroid y Castlevania. Aunque no fueron ni los primeros ni los únicos de calidad, ni siquiera en sus primeros tiempos.
El que se considera el primer metroidvania como tal de la historia es Moctezuma's Revenge
Lanzado en 1984 por Parker Brothers para multitud de sistemas, incluyendo Atari 2600, Commodore 64, Spectrum y hasta Sega Master System, este juego ya tiene todas las premisas del género: tenemos que obtener objetos para poder seguir avanzando en un desarrollo no lineal, haciendo uso de inventario, backtraking, etc.
A partir de ahí fueron saliendo juegos que desarrollaban esa idea. El primer grande del género es prácticamente un juego fundacional: Metroid de NES, lanzado en 1986 en Japón para Famicom Disk System, fue un bombazo de Nintendo de esos que hacen que la industria avance. Su lanzamiento en occidente llegó directamente a cartucho.
El primer Castlevania que coqueteó con el concepto no llegó hasta un año después. Fue Castlevania II: Simon's Quest, lanzado por Konami para la misma consola en 1987. Aunque su desarrollo es más lineal de lo que exigible normalmente en el género, ya avanzaba lo que llegaría en el futuro.
La NES vió la llegada de otros como Blaster Master, Ufouria, Faxanadu o Strider, que para esta consola mutó en una aventura no lineal con los mimbres de un metroidvania.
Pero la competencia no se quedó quieta, y Sega lanzaba en 1989 uno de los títulos más increíbles de su generación, dando al género otro de sus primeros grandes referentes: Wonder Boy 3: The Dragon's Trap.
Un pedazo de juego que también salió en PC-Engine y que tiene un remake reciente. Sigue siendo tan jugable y accesible hoy como lo era hace 33 años. La saga continuó por este camino en Megadrive, donde encontramos dos joyazas como Wonder Boy in Monster World (1991, también disponible en Master System y PC-Engine CD) y Monter World IV (1994), que ha recibido hace poco un remake.
Artísticamente y jugablemente son una pasada, especialmente el último.
Super Nintendo no se quedó corta y tuvo su ración con Demon's Crest (1994) y sobre todo con el insuperable Super Metroid (1994)
Poco después empezó la fiebre de las 3D con Saturn, PlayStation y Nintendo 64. Y justo cuando todo lo 2D olía a viejo y prescindible, Konami se sacaba de la manga la obra maestra 2D más apabullante de su historia: Castlevania: Symphomy of the Night (1997)
Hay que decir que este juego no fue especialmente bien recibido en su día, al menos en occidente, por el mero hecho de ser en 2D. Pero su leyenda fue subiendo como la espuma y hoy en día se lo considera unánimemente una obra maestra. Para mí es un juego perfecto.
Y ya está. En 1997 estaba todo el pescao vendido.
Lo cierto es que para esa fecha ya teníamos Wonder Boy The Dragon's Trap, Super Metroid y Castlevania Symphony of the Night, que son tres piedras angulares del género y tres obras maestras de esas que no entienden de tiempo, y son siendo exactamente igual de relevantes hoy que el día que salieron. Tras Symphony of the Night el género prácticamente se abandonó, al menos en consolas de sobremesa, donde todo lo que no fuera 3D estaba mal visto. Nintendo fué la única que supo adaptar su saga Metroid al 3D manteniendo su jugabilidad más o menos inalterada en la saga Metroid Prime. Hablamos de 3 juegos en 10 años. 4 si incluímos Metroid Other-M (2010), que de hecho tiene mucha parte en desarrollo lateral.
Los Castlevania 3D ni mantenían este tipo de jugabilidad correctamente ni destacaban en calidad, quedándose lejos de los intentos de Nintendo. Y ninguna otra compañía recogió el listón al pie de la letra, aunque muchas aventuras 3D de éxito tenían toques del género. Sin ir más lejos los mismos Resident Evil utilizan el backtracking como base de su fórmula, y otros como Exhumed o Shadowman están muy cerca de la fórmula de Metroid Prime.
Por poner un par de ejemplos, porque hay muchos juegos 3D con este tipo de estructura, aunque pocos con una influencia tan evidente del género del que hablamos.
Los metroidvania tradicionales en 2D se relegaron a consolas portátiles, donde afortunadamente sí llegaron lanzamientos de calidad de las sagas principales de Metroid y Castlevania. Metroid Fusion (2002) y Metroid Zero Mission (2004) se encargaron de mantener viva la llama en Game Boy Advance.
Nada menos que seis entregas de Castlevania llegaron a GBA y a su sucesora, Nintendo DS: Circle of the Moon (2001), Harmony of Dissonance (2002) y Aria of Sorrow (2003) para la primera y Dawn of Sorrow (2005), Portrait of Ruin (2006) y Order of Ecclesia (2008) para la segunda. Y todos de grandísima calidad.
Aún así, Konami seguía sin apostar del todo por la saga y finalmente Igarashi, el responsable de estos títulos, salió de la empresa y de Castlevania, poniendo el último clavo en su ataúd (muy propio de la saga).
Sin embargo a partir de mediados de la década de los 2000 comenzó un fenómeno de lo más interesante, propiciado por el auge de plataformas de distribución online que permitían a estudios pequeños poner sus juegos a la venta sin necesidad de tener un gran editor detrás. Son los llamados estudios y juegos independientes, o indis. Estos desarrolladores no rinden cuentas a grandes inversores, ni tienen que presentar sus proyectos a un editor que no les dé luz verde si consideran que no va a vender lo suficiente. Y así comenzó a resurgir el género a partir de este tipo de estudios. Uno de los primeros acercamientos es el notable La Mulana (2005)
Iban saliendo títulos, normalmente con poca ambición, pero la cosa fue cambiando con juegos como Shadow Complex (2009, PC).
El mercado empezó a animarse con este tipo de producciones. Incluso algunos estudios grandes empezaron a lanzar juegos, sin arriesgar mucho, con títulos como Batman Arkham Origins Blackgate para PS-Vita o Castlevania Lords of Shadow: Mirror of Fate para 3DS.
Ambos tuvieron después versiones de sobremesa HD
El género volvió a eclosionar desde mediados de los años 10 y actualmente está en plena efervescencia, con muchísimos lanzamientos indis y algunos de estudios consolidados. Muchos tiran de estética 8 bits, otros elevan el arte del pixel al máximo y otros optan por el alta definición o los entornos completamente 3D. Podemos decir que estamos en la edad de oro del género, incluso que estamos cerca de un punto de saturación... pero es difícil quejarse con tantísimos juegazos.
Algunos de los más relevantes de los últimos años:
- Hollow Knight (2018): esta pequeña maravilla opta por un estilo 2D en alta definición. El juego es artísticamente maravilloso, y jugablemente una gozada. Es una mezcla entre Symphony of the Night y Dark Souls. La única pega que se le puede poner es que es muy difícil, y que sacar el final bueno requiere una guía y muchísima paciencia. Con todo, un juegazo.
- Metroid Dread (2021): el último lanzamiento de la franquicia es una pequeña maravilla. Y está hecho por el estudio madrileño Mercury Steam. Es un puntito más difícil de lo habitual en la saga, pero es completamente memorable. En este tenemos entornos completamente 3D, pero desarrollo 2D lateral clásico.
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- Bloodstained: Ritual of the Night (2019): Koji Igarashi se fue de Konami porque no le dejaban hacer un nuevo Castlevania como él quería. Así que se lo guisó él: se financió mediante Kickstarter e hizo un nuevo Castlevania del género pero con otro nombre. Podéis cambiar el título a Castlevania: Ritual of the Night y no pasaría nada. Otro juegazo, más que digo de haber portado el nombre de Konami.
Como veis, el juego es completamente 3D pero con desarrollo lateral. Por cierto, la versión de Switch salió con problemas serios de optimización, que afectaban en lo jugable. Por suerte eso se ha solucionado mediante parches.
- Blasphemous (2019): el último de la lista que he catado. Un festival de pixel art del mejor, basado en el cristianismo español añejo, la Semana Santa sevillana y demás, a cargo de un estudio de la ciudad andaluza. Artísticamente es sensacional, y jugablemente es muy bueno también.
- Ori and the Blind Forest (2015) / Ori and the Will of the Wisps (2020): puro arte 2D en alta definición. Estos juegos te cautivan porque la historia y su arte son excepcionales. En lo jugable sólo he jugado el primero, y se me hizo muy difícil en determinadas partes. Demasiado. Salvo por eso son fantásticos.
- Strider (2014): este reinicio de la saga tiene mucho de metroidvania, con desarrollo lateral y backtracking. Una pequeña joya.
- Guacamelee (2014) / Guacamelee 2 (2018): maravilla artística en pixel art, esta vez con temática mexicana. Los tengo pendientes, pero las críticas son muy buenas.
- La Mulana (2005) / La Mulana 2 (2020): prácticamente la serie que devolvió el género a la escena. Buen pixel art para este sucedáneo de Indiana Jones. Están considerados buenos juegos, aunque no los he jugado aún.
- Axiom Verge (2017): pixel art con estética minimalista 8 bits. Gráficamente apuesta por la nostalgia, sin demasiado buen gusto para mí, pero jugablemente sí da la talla.
- Blaster Master Zero (2017) / Blaster Master Zero 2 (2019) / Blaster Master Zero 3 (2021): son precuales del juego de NES, en pixel art tipo 8 bits. Compré el primero cuando salió la Switch por tener algo que jugar en ella, sin espectativas, y me sorprendió de lo lindo. Un grandísimo Metroidvania con un estilo gráfico espectacular y una historia interesante.
- Owlboy (2018): artísticamente es precioso. Una joyita que aún no he podido catar.
- Wonder Boy: The Dragon's Trap (2017): remake del original en HD. Es una gozada. Jugablamente es idéntico al original, pero es que el original sigue siendo perfecto a día de hoy.
- Wonder Boy: Asha in Monster World (2021): remake en HD del original de Megadrive. El estilo artístico no me convence mucho, pero jugablemente este juego es una bomba.
Podéis jugar este o el original de Megadrive, que está traducido oficialmente en Megadrive Mini y en varios recopilatorios.
- Monster Boy y el Reino Maldito (2018): dejo para el final este que es ni más ni menos que la última entrega oficial de la saga Wonder Boy, con licencia oficial de Sega y todo. El cambio de nombre es porque hay un lío importante con los derechos de esta saga, de la que Sega tiene todo excepto el nombre en algunos territorios. Además, en japón muchos de los que aquí se llamaron Wonder Boy allí se llamaron Monster World. Así que al final hicieron un mix entre Monster World y Wonder Boy para dar lugar a Monster Boy. El juego en sí es una gozada que sigue a pies juntillas la jugabilidad que hizo grandes a los juegos de Master System y Megadrive. Incluso tiene referencias explícitas a esos juegos, por si alguien duda de su oficialidad en la saga. Artísticamente es muy bonito, en 2D de alta definición, pero jugablemente es donde da el do de pecho.
Hay muchos más, pero es que si no este post se iría de madre (aún más). Uno de mis géneros favoritos, que está en un gran momento. Os recomiendo que le déis un tiento a los juegos recientes que os recomiendo, y sobre todo, ante todo y por encima de todo, que juguéis Super Metroid y Castlevania Symphony of the Night si no lo habéis hecho ya. Y después seguid con el resto de esas sagas, que son famosas por algo.
Eso sí, en Castlevania tened en cuenta que no todos los juegos están dentro de este género. Ninguno anterior a SOTN lo está. Y sobre Metroid, los dos primeros juegos de la saga tiene remakes. El primero, de NES, se rehizo en Metroid: Zero Mission de Game Boy Advance, y el segundo, de Game Boy, en Metroid: Samus Returns de 3DS. Los originales son los únicos juegos de la saga que han envejecido mal, por el sencillo motivo de no tener mapa. Sólo por eso os recomiendo ir directamente a por los remakes, que además añaden mucho contenido, a pesar de no tener el mismo sabor retro del pixel puro y duro.