Nuestro querido webmaster Ryo Suzuki, también conocido ahora como Alan Dick, Jr, no deja de sorprendernos.
Alfonso Martínez González, como es conocido en otros y menos ilustres foros, nos regala todo tipo de iniciativas: desde pódcast sobre Japón a videojuegos para Dreamcast, pasando por libros de relatos o esta misma web. Lo mismo te traduce el Half Life de Dreamcast que aparece en una tertulia en televisión. Le falta pintar la Mona Lisa... pero bueno, tiempo aún hay, ¿verdad, Ryo? En cualquier caso lo que hoy nos ocupa es su última novela o, como él mismo la llama, su último bolsilibro: Pulp Reality.
Para quien no lo sepa Alfonso ya publicó el año pasado su primera obra literaria: un compendio de relatos cortos llamado Retrogaming Tales. En él se mezclaba la fantasía con la ciencia ficción. Las ucronías con relatos más cercanos, pero siempre con un punto en común: el amor por los videojuegos. Pulp Reality es otra bestia muy distinta. Lo que Alfonso nos propone es una historia de ciencia ficción y fantasía en formato de novela corta. Se trata de la historia del señor Suda Chikao, un ciertamente amargado vegestorio de más de 100 años, que malvive como escritor en el Japón futuro, donde la soledad y el hacinamiento le convierten en una pobre alma abandonada más dentro de una sociedad estéril e insensible. Su mundo se pone patas arriba al conocer a una misteriosa dama en silla de ruedas que parece salida de su última novela, en la que está trabajando en ese preciso momento. ¿Cómo es posible? ¿Qué es real y qué es fantasía?
No entraré en más detalle sobre la historia. Lo que tenemos en las manos es, como su nombre indica, una novela Pulp. Una historia corta pensada para ser devorada de forma rápida y despertar nuestra imaginación, sin más pretensiones que entretenernos mientras la consumimos. Eso no quiere decir que no lleve la firma del autor y tenga un mensaje latente sobre la soledad, la poca humanidad de las sociedades a las nos encaminamos o en las que estamos ya. Pero Pulp Reality no busca eso: El ritmo es trepidante, y sin pausa nos lleva de una situación delirante a la siguiente hasta que apuremos cada letra, dejándonos con ganas de más. El estilo de Ryo, que ya probamos en Retrogaming Tales, se acentúa aquí: no tiene piedad con los personajes ni con el lector. Muestra situaciones violentas y crudas sin despeinarse, de una forma que me recuerda mucho al estilo nipón de contar historias. Tampoco tiene problemas mostrando la realidad de la rutina en esa aséptica sociedad futura, la deshumanización de las personas, especialmente las mayores. Todo ello condensado en muy pocas páginas, muy intensas, como si fuera un perfume destilado en el que una gota capta muchos aromas.
¿Me ha gustado Pulp Reality? Sí, me ha gustado mucho. Reconozco cierta predisposición porque conecto mucho con el autor: es evidente que disfrutamos del mismo tipo de historias. Pero eso no esconde la realidad: es una historia muy bien escrita, muy interesante y además viene en un formato cuidado hasta el infinito. Tenéis capturas de la edición que he recibido yo: un librito muy pequeño pero cocinado a fuego lento. El libro trae cubierta para proteger la portada, y en esta primera edición se incluía una postal, marcador de páginas y un flier. Todo de la máxima calidad. Todo, la calidad de la encuadernación, el estilismo, el arte... ojo al Señor Suda de la portada.
Mención aparte para ese cartel de la contraportada que reza: SEGASaturno Productions. Nada más que aportar, señoría.
Por si no ha quedado claro antes, os recomiendo sin duda Pulp Reality.
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