Hola Saturninos,
En la última semana he tenido una revelación. Revelación con nombre propio, de hecho: The Elder Scrolls V: Skyrim. Pero... Jasvy, ¿a estas alturas descubres Skyrim? Pues sí... y no. Tengo Skyrim hace muchos años en su versión Xbox 360, y ya me habréis oído decir más de una vez que nunca he sido capaz de jugarlo y disfrutarlo. Lo intenté en un par de ocasiones, y en ambas lo abandoné por el mismo motivo: Llegado cierto momento tenía mil misiones por hacer y ningún objetivo claro y evidente dentro de la historia principal. Tantas posibilidades acababan por agobiarme y abandonaba el juego. Lo mismo me pasó en su día con Oblivion y lo mismo me pasó en los 90 con Daggerfall. Pensaba que, sencillamente, TES no era para mí.
Pero he aquí que Bethesda, exprimiendo aún más la gallina de los huevos de oro, decide sacar una versión para Nintendo Switch. Y he aquí que era barata, que tengo debilidad por la consola y que quiero apoyar este tipo de lanzamientos para darle a las third parties motivos para apostar por la consola. Así que decidí darle una nueva oportunidad en Switch. El juego en sí es el mismo que ya conocía. Switch puede con esto y más, está claro. No deja de ser un juego de 2011 al que ya le pesan los años en el apartado gráfico. La versión de Switch no llega a las ultra-version 4K de otros sistemas actuales, pero sí tiene muchas mejoras respecto a PS360, quedando como una versión a medio camino entre unas y otras. Sí incluye alguna cosilla interesante, como poder hacer el apuntado fino con el control de movimiento, cosa que se agradece muchísimo. Sobre disparar flechas con los joycon, amiibos y demás no os puedo decir porque no lo he probado, pero el caso es que el juego va muy, muy bien.
Y, oh sorpresa, me he enganchado. Todo lo que en su día me agobiaba ahora me parece un acierto. Skyrim es enorme y tiene muchísimo que hacer, y lo puedes hacer como tú quieras. Echo en falta alguna cosa que hoy en día es norma, como que te indiquen un nivel mínimo recomendado para las misiones, pero en general me he encontrado con un juegazo muy, muy impresionante. Y ya lo era en su día, claro. Solo que en su día no era capaz de verlo. Llevo ya más de 50 horas jugadas, y espero echarle otras tantas. Y, la verdad, nunca pensé que diría esto de este juego.
¿A dónde lleva esto? Pues al título del hilo: Hay un momento para cada juego y cada juego tiene su momento. No por el juego en sí, sino porque nuestra capacidad para disfrutar determinado tipo de propuestas no es la misma en todo momento. Estoy atravesando un momento en el que disfruto mucho de juegos como Skyrim, Zelda Breath of the Wild, Horizon Zero Down o Assassin's Creed Origins. Estos 4 y alguno más por el estilo me los he jugado este año, y todos los he disfrutado como un loco. Origins lo dejé con casi 70 horas jugadas, por ejemplo. Quizá es que este año hemos tenido muchos juegazos de este tipo, pero el hecho es que en 2011 Skyrim no lograba engancharme, y sí lo hace en 2017. También sé que ahora mismo no estoy en momento de jugar, por ejemplo, a un nuevo Street Fighter o a un The King of Fighters, ni de descubrir el último gran shoot'em up de PC-Engine. O de jugar a juegos de carreras de simulación, que es uno de mis géneros fetiche.
Consejo: No os dejéis nunca llevar por las primeras impresiones de un gran juego. Con los años he aprendido a conocerme y al menos sé reconocer que a veces un juego no me llega por mi propio momento vital y no por su calidad. Skyrim siempre me dió destellos de ser grande, los suficientes como para hacer una nueva intentona seis años después. De hecho, tengo una larga lista de grandes juegos, muy reconocidos por los aficionados, que por el motivo que sea abandoné sabiendo que no me estaban dando lo que deberían, pero que posiblemente en el futuro sí puedan hacerlo. Algunos en esa lista son los siguientes:
- Final Fantasy VII (al menos 4 intentos llevo)
- Dragon Age IV
- Grand Theft Auto IV
- Serie Bonk (PC-Engine)
- Alien Soldier
- Gunstar Heroes
- Metal Gear Solid IV (dos intentos llevo)
Todos son grandes juegos, y sé que es más mi capacidad de disfrutarlos que la calidad del juego en sí. ¿Lo mejor? Dejarlo para un momento en el que seamos más receptivos.
¿Os ha pasado a vosotros? Dadme nombres!